martes, 7 de diciembre de 2010

El Guardián de la Devoción I - Viaje de regreso al hogar





CAPITULO UNO

Viaje de regreso al hogar

Cualquier experiencia del Señor debe venir de superior a inferior. No depende de nosotros; solamente podemos incrementar la intensidad de nues­tro anhelo, de nuestra actitud de servicio (sevonmukhatā), y Su descenso a este plano dependerá de Su deseo. Él es la sustancia trascendental y se mueve de acuerdo con Su dulce voluntad. Él es libre. Sólo podemos incre­mentar nuestro sincero deseo por Su presencia. Aunque el potente y la potencia estén inseparablemente relacionados, debemos entender que somos potencia marginal.
Él está en todas partes y en ninguna; todo está dentro de Él y nada está en Él. Ésa es Su peculiar y mística posición (Bhagavad-gītā 9.4,5,6). Por eso, nuestro deber es intentar servirle. No haremos mucho énfasis en tratar de ‘percibirle’ con la mente, el cuerpo o con la inteligencia. En cualquier momento Él puede mostrar: “Sí, estoy aquí”; sin embargo, cuando lo busquemos resueltamente, puede que no lo encontremos. Su naturaleza es independiente. Podremos buscarlo, pero no podremos decir que lo encon­traremos.
Āśliṣya vā pāda-ratāṁ pinaṣṭu mām, adarśanān marma-hatāṁ karotu vā, nuestro deber es consagrarnos a Él ciento por ciento, intensamente. Sólo tenemos que servirle y esto no implica necesariamente que entraremos en contacto directo con Él. El servicio a distancia también es válido pues se vuelve tangible a través de Su devoto. Trataremos de servirlo a través de Sus devotos, sin esperar recompensa. No desearemos nada excepto servirle; sin pretender siquiera verle (tener Su darśana). Desearemos únicamente ser utilizados por Él. La poca energía que poseamos la utilizaremos en Su bene­ficio. Somos Su potencia y debemos probar que le pertenecemos.
Mahāprabhu dice: “Él puede abrazarme o rechazarme, o incluso ser indife­rente conmigo; Él puede hacer conmigo lo que desee, no tengo otra alterna­tiva más que servirle”. Debemos adoptar tal actitud exclusiva e incondicional y no optar por lo opuesto, “si Él no quiere reciprocar de acuerdo con mis deseos, no me acercaré a Él; me juntaré a los ateos o a los māyāvādīs. Si Tú no vienes hacia mí a satisfacerme, entonces buscaré mi propio camino, ¡no te quiero!” Si existe algún tinte de tal actitud, estamos muy, pero muy lejos.
yathā tathā vā vidadhātu lampaṭo, mat-prāṇa-nāthas tu sa eva nāparaḥ. “No tenemos otra alternativa que servirle”. Buscar significa servir: “Yo quiero ser utilizado en Su causa. Por muy insignificante que pueda parecer el servicio, nada es insignificante en Su conexión, aun la más remota conexión. Él no necesita complacerme, ni siquiera dándome un relampagueante darśana. Todo depende de Su voluntad”.
La satisfacción más grande

Ofrecerse a Él incondicionalmente manifiesta una fe del nivel más elevado. Si nuestro ofrecimiento es condicional, tendremos que permanecer lejos de Él. La característica de la fe más elevada es absolutamente incondicional: “¡Yo simplemente estaré satisfecho con la oportunidad de servirle a distancia, a través de algún intermediario. Dāsā-dāsā-dāsānudāsatvam, sirviente del sirviente del sirviente del sirviente... Tengo Su conexión a distancia y mi energía pasa a través de los devotos, hacia Él, hacia el centro de la satisfac­ción. Sin importar mi posición deseo conexión con la más grande satisfacción del mundo entero!” Todos están buscando la satisfacción de sus más íntimas necesidades.
Sarva-dharmām parityajya, mām ekaṁ śaraṇaṁ vraja (Bhagavad-gītā 18.66): La búsqueda del Señor supera cualquier otro deber. Un devoto ver­dadero piensa: “No hay obligación con nadie excepto con uno y Él es Kṛṣṇa, mi Señor”. Y Sus más grandes y loables servidores son aquellos que están en contacto con Su supremo agente. No directamente con Él sino en contacto con el agente más grande en Su servicio. Esto constituirá la relación más elevada y segura de ananya-bhajana, el servicio exclusivo que elimina todo lo demás.
Ningún vestigio de explotación debe encontrarse en nosotros. No debemos correr detrás de ningún tipo de disfrute, incluyendo el disfrute de la ‘asociación con Dios’. Debemos estar totalmente limpios del espíritu de disfrute. Si algún vestigio de esto se encuentra en nosotros, tendremos que permanecer en uno de los planos de este Brahmāṇàa, universo, como Bhūḥ, Bhuvaḥ, Svaḥ, Mahaḥ, Janaḥ, Tapaḥ o Satya-loka. Y si algún tinte de renun­ciación o espíritu de austeridad queda en nosotros, no se nos permitirá entrar al mundo del Infinito, Vaikuṇṭha. Kuṇṭha significa ‘limitación’ y Vaikuṇṭha ‘mundo ilimitado’.
Queremos ser miembros del mundo Infinito. ‘Finito’ solamente se refiere al intento de nuestro interés separado de medir al Infinito, concibiendo así al finito. Cuando nuestro ego quiere medir una porción del Infinito, conside­rando: “Éste es mi reino, ése es el reino de mi amigo, etc.”, entonces, lo que veamos con nuestro interés separado es māyā, concepto errado y mal enten­dimiento, en el Infinito. Todas estas cosas deben ser disueltas. Y la actitud de retiro: “Si no puedo disfrutar, dejaré de trabajar; iré a la huelga”, este tipo de mentalidad reaccionaria también debe abandonarse.
Entonces, estaremos cara a cara con el lado positivo. ¿Cuál es el lado posi­tivo? Es la ola central, līlā, el juego del Absoluto. Esa ola satisface los deseos del Señor Supremo y nosotros estaremos cara a cara con esto. Si la tendencia por el interés separado o el retiro reaccionario permanece en nosotros, no podremos tener un toque de esa eterna corriente de satisfacción del Absoluto. Cuando estemos libres de estas dos clases de caprichos, podremos entrar en conexión con esa corriente eterna donde todos los aspectos, en todas partes, están activos para satisfacer al Centro. Tal plano no es árido; es feliz, cons­tructivo y reanimante, y seremos capaces de sentirlo. Solamente un pequeño toque de éste nos hará entender que no queremos nada más. Este es nuestro viaje de regreso al hogar y cualquier otro deseo o demanda nos mantendrá en un país extranjero, expuestos a la cadena de nacimientos, enfermedades, vejez y muerte. Estos problemas ocurren por el malentendido y la identifica­ción del alma con cosas mortales.

bhukti-mukti-spṛhā yāvat, piśācī hṛdi varttate
tāvad bhakti-sukhasyātra, katham abhyudayo bhavet
Bhakti-rasāmṛta-sindhuḥ, Pūrva 2.22

¿Cómo puede el gozo de la santa devoción aparecer en el corazón de alguien en tanto esté encantado por los fantasmas del deseo, la explotación y la renunciación?”
Las ideas de renunciación y disfrute son extrañas para nosotros, nos poseen como fantasmas, han tomado dominio de nuestro ego y están jugando con él. Somos presas en sus malévolas manos y debemos escapar de esta conspira­ción de māyā. Es necesario ser libres, miembros libres del mundo Infinito donde florece el noble fluir de la dedicación. Allí no existe aspiración limitada; hacia el Centro y sus alrededores una corriente de dedicación en gran escala está fluyendo. Y ese es nuestro hogar, la tierra donde podemos vivir eterna­mente. Allí, todos son individuos y no hay nacimiento, enfermedad, vejez, ni muerte. Nuestro ser interno surgirá y se confundirá con los residentes de esa tierra.

La devoción verdadera se obtiene muy rara vez

No debemos permitir que nuestra experiencia se confíe fácilmente, como cuando piensa: “Esto es Dios, ésta es mi concepción, tengo un toque de Dios”. Había un bābājī que era considerado por muchos como un gran devoto. Siempre que pronunciaba el Santo Nombre, derramaba incesantes lágrimas, también se le escurría líquido de la nariz y se le veía meditando en una posición anormal. Por un lado y otro sus asistentes limpiaban constante­mente sus lágrimas y cara con pañuelos, mientras él cantaba locamente el Santo Nombre. Algunas personas ateas opinaban que él estaba exhibiendo un fanatismo religioso, mientras la gente común que tenía una fe simple en Dios, estimaba que él era un devoto de clase elevada. Pero nuestro Guru Mahārāja, Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī Gosvāmī Ṭhākura Prabhupāda, lo rechazó junto con sus acciones por estar desprovisto de la concepción correcta de Dios.

atha niḥsattvāḥ
nisarga-picchila-svānte, tad abhyāsa-pare ‘pi ca
sattvābhāsaṁ vināpi syuḥ, kvāpy aśru pulakādayaḥ
Bhakti-rasāmṛta-sindhuḥ, Dakṣina 3.89

Cuando quiera que veamos derramando lágrimas a personas cuyos cora­zones son suaves externamente pero duros internamente y que están acos­tumbrados a llorar, a entrar en aparente éxtasis, etc. (aun cuando posean un semblante de emoción divina), tal sentimiento de imitación debe ser recono­cido como totalmente irreal y sin vida”.
Aun sin poseer un tinte de devoción pura, la imitación mental es posible. En un drama teatral también podemos encontrar a un hombre que está total­mente borracho, representando el papel de un devoto, derramando lágrimas y danzando locamente, como si fuese un gran devoto. Con la práctica se puede adquirir esa condición mental de derramar lágrimas y mostrar muchas hazañas como si fuesen reales. El simple despliegue de alguna característica peculiar externa no prueba la presencia de la devoción pura. Devoción real es sudurllabhā, un logro muy raro.
Si pudiéramos desdeñar la idea de liberación, podríamos pensar que poseemos una pizca de devoción verdadera. Ante la devoción, la liberación es minimizada. (mokṣa-laghutā-kṛt, Bhakti-rasāmṛta-sindhuḥ, Pūrva 1.14). No obstante, la devoción se encuentra rara vez, no podemos pensar que la hemos obtenido (sudurllabhā, ibíd). En otras palabras, cuando decimos tener alguna devoción, no la poseemos. Más bien, cuando podemos sentir que no tenemos nada y a la vez no tenemos aspiración por ninguna otra cosa, en ese momento podremos estar haciendo algún progreso; queremos algo genuino, aunque no podamos entender claramente qué es; pero apreciamos a los devotos y a las divinas Escrituras. Cuando nuestra apreciación está en ese lado y aún así nos sentimos desprovistos, ésta es una posición sensata y salu­dable; por lo tanto vacía. Debemos recordar que aunque somos partes infini­tesimales, negativas, hemos dado un paso adelante para relacionarnos con el Infinito, el Absoluto. ¿Qué precio deberíamos estar dispuestos a pagar? ¿Qué forma toma ese precio? No compraremos eso muy barato. Servir a los devotos será práctico y es muy importante continuar con los programas devocionales como ha sido recomendado por las Escrituras y los santos. Continuar, eso de por sí será nuestro premio. Estamos leyendo acerca de Él, estamos sirviendo a los santos y escuchando sus palabras. Esta es una ocu­pación de por sí. Si encontramos satisfacción en esto, tenemos algo que no debe ser subestimado.

Actuar en la asociación de los devotos

Tener la compañía de los santos y las Escrituras sin ninguna mezcla con la picardía de este mundo material es de gran valor. Lo que está presente aquí en este momento se disolverá al momento siguiente. No pertenecemos a este mundo lleno de falsedad. Estamos disgustados con el aspecto traidor de este mundo que nos hechiza y nos ocupa en la tierra de la falsedad. Ahora algo, en el próximo momento, nada. Debemos abandonar eso e intentar algo sustancial, sat, cid, ānanda, existencia eterna, conciencia incontaminable y finalmente, la satisfacción de todas nuestras necesidades internas, la corres­pondiente ocupación de nuestra existencia total. Prati aôga lāgi kānde, prati aôga mora: “Cada parte de mi ser clama por la correspondiente parte de Él”. (jñāna dāsa.) Y Kṛṣṇa dice, “Solamente Yo puedo darte completa satisfacción, abandona todo lo demás y ven a Mí”:

sarva dharmān parityajya, mām ekaṁ śaraṇaṁ vraja
ahaṁ tvāṁ sarva-pāpebhyo, mokṣayiṣyāmi mā śucaḥ
Bhagavad-gītā 18.66

Yo aceptaré la reacción que tú has acumulado en la relatividad de este mundo mortal, ¡Yo te limpiaré de tu deuda! Solamente necesitas venir a Mis pies”. Si somos encantados por este llamado universal del Señor y tratamos de cumplir con Él, entonces esto es suficiente. Si respondemos al llamado del Absoluto con nuestra mejor disposición, Kṛṣṇa nos asegura:
Yo te liberaré de tus aflicciones; simplemente ven a Mí. Abandona todas tus obligaciones”. Tener fe en este llamado y actuar con base en tal fe es algo grande para nosotros. Debemos tratar de seguir esta meta de acuerdo con nuestra mejor capacidad, y esto solamente es posible en la compañía de los devotos exclusivos del Señor.
Disfrutaremos estando en la compañía de Sus devotos. Estando reunidos con los asociados de nuestro hogar, habremos encontrado hijos del mismo suelo. Si nuestra satisfacción interna es de ese tipo, estamos agarrados de una posición segura. Queremos reconocer nuestro hogar, pero ahora estamos viajando en una tierra extranjera. Debemos tratar de encontrar el sentimiento interno de nuestros corazones, sin esperar ningún milagro.
Muchas cosas pueden ser milagrosas para nosotros porque somos almas diminutas. Las personas místicas y los yogīs pueden mostrar hechos extraor­dinarios y cautivarnos. Es muy fácil cautivar con esto a las entidades diminu­tas. Hay muchos hombres poderosamente milagrosos en el mundo. ¡Que Dios nos libre de caer en sus manos! De una vez por todas no debemos permitir­nos ser presa de tantos milagros; que ese hechizo se aleje de nosotros de una vez por todas.

yadi karibe kṛṣṇa-nāma, sādhu-saôga kara
bhukti-mukti-siddhi, vāñcha dure parihara
Prema-vivartta
Si vas a cantar el Santo Nombre, mantén la asociación del devoto puro y abandona todos tus deseos por el disfrute, la liberación, la perfección yógica o los milagros”.
Que todas estas alternativas (explotación, renunciación y milagros) se retiren para siempre. Solamente queremos al Señor de nuestro corazón, quien puede otorgar la satisfacción más profunda. Todos los átomos de nuestra constitu­ción más íntima tienen su compromiso correspondiente con Él y, eso también, es de la categoría más elevada. Esta propuesta es dada por la escuela Gauàīya-vaiṣṇava bajo dirección de Caitanyadeva y Śrī Nityānanda Prabhu.

Prueba tu fortuna

En la propuesta de Vṛndāvana, el Infinito está en la posición más cercana al finito, aprākṛta. Aprākṛta es donde el Infinito ha venido más cerca del finito, como si fuera uno de ellos. Cuando Él está tan unido, tan cerca, nadie puede reconocer fácilmente si Él es infinito o no. Mahāprabhu nos ha sugerido: “Intenta la oportunidad de tu fortuna en Vṛndāvana. Hay un maravilloso proceso: Nanda y Yaśodā (El padre y la madre de Kṛṣṇa) han capturado al Absoluto y Él está gateando en su patio (aham iha nandaṁ vande yasyālinde paraṁ brahma). Trata de asegurar una posición allí, por muy insignificante que parezca. Prueba tu fortuna”. Así, estaremos en la búsqueda de tal fortuna donde todas las otras propuestas son eliminadas.

kam prati kathayitum iśe, samprati ko vā pratitim āyātu
go-pati-tanayā-kuñje, gopa-vadhuṭi-vitaṁ brahma
Padyāvalī 98
¿A quien puedo decirle y quien lo creerá, que el Supremo Absoluto, Para-brahman, el Amante de las doncellas de Vraja, está disfrutando en los bos­quecillos de las riberas del Yamunā?”
Es inconcebible que el Brahman, el Más Grande, el Absoluto, haya venido en busca del más ínfimo amor de las doncellas pastoras de la clase gopī. Él se ha aproximado en una forma íntima y en un estilo rural y ordinario. Prueba tu fortuna allí.
Estamos precisamente tras eso, bajo la guía de Śrī Caitanyadeva, quien es la combinación de los aspectos positivo y negativo del Absoluto. El positivo está ocupado distribuyéndose a sí mismo a los otros. Mahāprabhu es ese aspecto inconcebible e infinitamente generoso del Supremo.
No debemos buscar en nosotros ningún sentimiento divino o de otra clase. Una vez, un discípulo estaba ocupado en el servicio de su Guru, cuando un mensajero de Vaikuṇṭha vino a llevárselo, diciendo: “El Señor está satisfecho con tu servicio a Gurudeva y te está llamando, por favor ven”.
El discípulo respondió: “No, no, yo no tengo tiempo de atender el llamado de Vaikuṇṭha; estoy muy ocupado en el servicio a mi Gurudeva”.
Esta debe ser nuestra actitud. “Yo tengo mi ocupación aquí bajo la guía de los vaiṣṇavas; no quiero ser perturbado de esta posición”.

Una posición segura y saludable

sakhyāya te mama namo, ‘stu namo ‘stu nityam
dāsyāya te mama raso, ‘stu raso ‘stu satyam

Śrīla Raghunātha dāsa Gosvāmī, el más grande exponente de la fe de servidumbre a Śrīmatī Rādhārāṇī, Rādhā-dāsya, dice: “No me dejaré fascinar por la propuesta de un nivel más elevado de servicio como amigo, sakhya. Más bien me ocuparé siempre del servicio bajo, dāsya, el servicio del sirviente. No me consideraré un servidor de clase alta y siempre me ocuparé de ir hacia el servicio de clase baja”. Pero Él puede forzarme a tomar un servicio más elevado: “No vas a servir más allí; ahora tú debes servir en esta categoría más alta”.
Pero mi Señor, yo considero que no soy apto para ese servicio confiden­cial. Usted puede ocupar a los servidores elevados en este grupo, mientras yo puedo servir en un nivel bajo”.
Esa clase de tendencia es segura para nosotros. Debemos siempre tener la tendencia hacia el servicio inferior; y es tarea del Señor forzarnos a tomar un grupo más elevado, si Él lo desea.
No, tú estas calificado para rendir tal servicio y no debes permanecer más tiempo en el grupo inferior”. Pero la tendencia del servidor siempre debe ser hacia el servicio bajo, dāsyāya te mama raso ‘stu: “Me gustaría servir como sirviente, no como un amigo”. Esa debería ser la tendencia normal de un devoto. Con tal humor, él está seguro. Incluso en ese mundo, él no debería tener ninguna ambición excepto ser el sirviente del sirviente del sirviente... Escuchando tales cosas de los devotos y de las Escrituras, podríamos pensar que tal concepción es una exageración; pero es la realidad y debemos descu­brir esta prístina sustancia dentro de nosotros. Esta es una posición segura y saludable.
CAPITULO DOS

La dirección hacia Tu riqueza

Śrī Caitanyadeva es Rādhā y Kṛṣṇa combinados. Él es Kṛṣṇa en el humor de Rādhā, buscándose a Sí mismo. Él es la combinación del aspecto positivo y negativo del Absoluto. La escuela de Śaôkara y otros impersonalistas sostie­nen que cuando el positivo y el negativo se combinan, el resultado es una especie de equilibrio. Pero de acuerdo con la filosofía vaiṣṇava, la combina­ción es dinámica. Su naturaleza se torna en la búsqueda de Sí mismo, bus­cando Su propio ser positivo, en el humor del negativo. En esa búsqueda, Él mismo se distribuye a los otros. El negativo atrae al positivo y así el positivo es distribuido al público. Esta es la esencia de Śrī Caitanyadeva. Los asocia­dos íntimos del Señor han revelado tal concepción, y de acuerdo con la intensidad y con el grado de nuestra fe seremos capaces de concebirla.

La fe nos otorgará un hogar confortable

La fe es el único instrumento con el cual el finito puede medir al Infinito. Todos los otros métodos para examinar al Infinito son inútiles. La sustancia más amplia dentro de nosotros es la fe. Esta puede cubrir una gran distancia. ¿Qué fe podemos tener en la fe? Le tememos a la fe ciega. No obstante, en el Infinito, lo imposible se vuelve posible. Todo es posible, pero sólo la fe tiene la facultad de conectarnos con el Infinito, mientras que todos los otros métodos son inútiles.
Śraddhā, fe, puede recorrer una larga distancia. Y seremos capaces de sentir y concebir que la fe no es meramente imaginaria. Tiene una posición tangible, la más eficiente posición dentro de nosotros. Cuando podamos desconectarnos de todas las fases de la experiencia perceptible, podremos vivir solamente en la fe. Cuando toda la riqueza de nuestra experiencia nos engañe y nos traicione, la fe nos salvará.
Todo el mundo de nuestra experiencia se desvanecerá un día, con la diso­lución final (janma-mṛtyu-jarā-vyādhi-duḥkha-doṣānudarśanam, Bhagavad-gītā 13.9), pero la fe permanecerá, acompañándonos fielmente. Esto es algo innato para nuestra alma. Y con la disolución total de nuestro cuerpo, mente y sentidos, todo el mundo de nuestra experiencia ¿adónde irá? Nadie sabe. El sol, la luna, el éter, el aire, todo se desvanecerá en la disolución final. Sola­mente la fe vivirá, incluso en esa etapa. La fe es sustancia eterna dentro de nosotros y se nos ha dicho que con los recursos favorables de la fe podemos ir de vuelta a Dios, de vuelta al hogar. ¡De vuelta al hogar dulce hogar! Seme­jante perspectiva elevada es dada a quienes estamos en este mundo de morta­lidad, el cual es un cementerio y un crematorio. Aquí, todo está destinado a ser enterrado.

Los alardes de la aristocracia, la pompa del poder,
toda esa belleza, todo lo que la riqueza alguna vez otorgó,
esperan por igual la hora inevitable;
los senderos de la gloria no conducen sino a la tumba”.
Elegía de Gray

Este es el mundo de la experiencia, todo conduce a la tumba. Sin embargo la fe no es traicionera. Permanecerá dentro, con el alma, y dispensará espe­ranza, perspectiva y sustento. ¿Y qué clase de sustento? Comodidad de hogar. De vuelta a Dios, de vuelta al hogar. Cuando hay tal propuesta y alternativa, ¿quien será tan tonto como para correr hacia las experiencias de este atómico mundo ‘civilizado’? Tanto la experiencia como la ciencia son las fauces de la muerte.
La fe no es algo impreciso.

yā niśā sarva-bhūtānāṁ, tasyāṁ jāgarti saṁyamī
yasyāṁ jāgrati bhūtāni, sā niśā paśyato muneḥ
Bhagavad-gītā 2.69

La fe permanecerá por siempre

Algunas personas están despiertas en el mundo de la experiencia. El mundo de la experiencia es el día para ellos y el mundo del alma, el mundo de Dios, es su noche. Y otra clase de hombres están en vigilia en el mundo del alma y están durmiendo en este mundo de la experiencia. Este mundo es oscuro para ellos y están muy despiertos en el mundo de la fe. Ellos encuentran que el mundo de la fe es permanente.
El alma, aunque diminuta, tiene una posición sustancial en la eternidad; es un factor eterno en ese mundo de la fe. Allí encontraremos que: “Cualquier cosa que veo es eterna. Nada desaparecerá. Soy un miembro del mundo de la realidad y a través de la fe puedo alcanzar tal plano sutil que nunca muere ni cambia. Semejante plano elevado y sutil está allí y mi alma es un miembro de ese plano. Allí, el alma está despierta y en el mundo de la experiencia está dormida, no teniendo conexión con él. Y el hombre del mundo de la expe­riencia, de carne y hueso, está despierto aquí, mientras que ese mundo real, del alma, es como noche oscura para él”.
En nuestra presente condición puede parecer casi sin existencia, pero tal plano es una realidad sustancial y eterna. Su existencia reemplaza a todo. Todo puede desaparecer, pero la fe permanecerá por siempre. La fe es la potencia particular de Śrīmatī Rādhārāṇī.


El halo de Śrīmatī Rādhārāṇī

sukha-rupa kṛṣṇa kare, sukha āsvādana
bhakta-gane sukha dite, ‘hladīni- kārana
Caitanya-caritāmṛta, Madhya 8.158

Kṛṣṇa es el éxtasis personificado y se siente, prueba y disfruta a Sí mismo; pero sólo a través de la fe es posible transmitir y distribuir ese éxtasis de regocijo a otros. La fe es la naturaleza misma de hlādinī-śakti, la potencia del éxtasis, la cual está representada completamente por Śrīmatī Rādhārāṇī, y puede transmitir a los devotos total conciencia de Kṛṣṇa. La fe es el halo de Śrīmatī Rādhārāṇī, a través de cuya luz los demás pueden entender a Kṛṣṇa. Cuando el negativo se combina con el positivo, la realización de sus funciones es distribuida a las demás partes negativas. La parte negativa central o madre puede expandirse y trasmitir tal fe y júbilo. Śraddhā, fe, es una sustancia especial acerca de la cual debemos inquirir. No es meramente abstracta.

Los devotos elevados y la fe

Estamos vigilantes en este mundo material, pero hay otros que permanecen despiertos en ese plano de fe; el mundo tangible de disfrute y explotación, permanece secreto para ellos; está lejos, muy lejos de su concepción porque se encuentran ocupados intensamente en la esfera del servicio, a través de śraddhā, fe (ya niśā sarva-bhūtānāṁ tasyāṁ jāgarti saṁyamī).
Para ellos, incluso ver a Kṛṣṇa es un tipo de disfrute, y piensan: “No pertur­baremos Su dulce voluntad; cuando quiera puede llamarnos y entonces tendremos una oportunidad para verlo, de otra forma no”. Si deseo ver a Kṛṣṇa para mi satisfacción personal: “¡Oh Kṛṣṇa! Ven y párate ante mí para poder verte y satisfacer mis ojos y mi anhelo interno”, esta es una clase de imposición de nuestra naturaleza explotativa. Un devoto no quiere esto. Realmente los devotos no permiten que estos pensamientos entren en sus mentes, más bien ellos mantienen el humor de: “Cuando Él lo desee, me llamará y entonces tendré oportunidad de verlo”.
Mādhavendra Purī mantuvo su cuerpo comiendo solamente lo que auto­máticamente le llegaba sin mendigar a los demás; de otra manera, el ayu­naba. Un día Kṛṣṇa mismo vino, le proveyó algún alimento y le preguntó: “Purī, ¿por qué no vas y mendigas algo de comida? ¿Por qué actúas en esta forma, a veces ayunando?” Escuchando de este incidente, podemos pensar que Mādhavendra Purī fue inmensamente afortunado: Kṛṣṇa mismo vino y le proveyó comida. Pero en Śrīla Sanātana Gosvāmī encontramos una devoción más elevada.
Cuando Śrīmatī Rādhārāṇī vino y le proveyó comestibles a Śrīla Rūpa Gosvāmī para que cocinara paramānna, arroz con leche, el corazón de Śrīla Sanātana Gosvāmī se perturbó mucho.
- ¿Qué es esto Rūpa? ¿Tú pediste algo para mí?
- Sí, mi señor, mi Gurudeva. Yo pensé que si podía obtener leche y arroz podría preparar un poco de paramānna lo cual es muy querido para usted, luego le invitaría a tomar ese prasāda.
- ¡Oh, has cometido un gran error! Esto está tan sabroso. Nunca he probado algo tan sabroso en este mundo. Por lo tanto, debe tener algún origen extraordinario. ¿Quién te dio los ingredientes que necesitaste para esta prepa­ración?
Śrīla Rūpa Gosvāmī replicó:
- Una joven vino y me dio esto en nombre de sus guardianes familiares.
Śrīla Sanātana Gosvāmī quiso saber quien era esa joven, pero no se la encon­tró en ninguna parte cerca de la aldea. Sanātana Gosvāmī pudo entender que Śrīmatī Rādhārāṇī misma había venido a proveer aquellos ingredientes.
- La estamos buscando para servirla y ¿ella viene y nos sirve? ¿Qué es esto? ¡Justamente lo opuesto! Mi querido hermano, ¿qué has hecho? ¿Tu deseaste algo para mí y Ella te lo suministró? Anhelamos poder servirla, pero Ella viene, nos sirve y se va. Esto es una gran desgracia.
Él estuvo muy insatisfecho y con esos pensamientos abandonó ese lugar.
Rūpa Gosvāmī no pudo tomar ese prasāda. Él pensó:
- Invité a mi Guru, Śrīla Sanātana Gosvāmī, con el propósito de servirle y satisfacerle, pero el resultado fue adverso. Él se ha ido insatisfecho.
Él corrió tras Sanātana Gosvāmī para tratar de satisfacerlo.
Así, vemos que Kṛṣṇa mismo lleva comestibles a Mādhavendra Purī y esa puede ser considerada una gran fortuna; no obstante, en este ejemplo con Śrīla Rūpa y Śrīla Sanātana Gosvāmī, ocurrió un evento similar, pero fue considerado como una desgracia seria. En el tipo más elevado de devoción no hay ningún deseo de que Kṛṣṇa o Sus asociados vengan a servirnos y abastecernos o que Él se muestre ante nosotros. Imponerle nuestro capricho no es verdadero servicio. Él puede hacer lo que guste. Y si llegara a necesitar algo de nosotros, nos consideraremos afortunados por proveerlo. Eliminando completamente todos nuestros deseos nos colocaremos plenamente a dispo­sición del Señor Supremo, quien no se rige por nuestros deseos.
Por naturaleza, Él está deseoso de proveer de todo a Sus devotos (yoga-kṣemaṁ vahāmy aham, Bhagavad-gītā 9.22). Pero a los devotos elevados no les gusta que Kṛṣṇa les provea ninguna cosa o que Él les rinda servicio. Tal es la pureza de su devoción. A través de su fe, ellos piensan: “Él es mi Señor. Yo no quiero tener Su darśana únicamente para satisfacer mi facultad de percibir que ‘Él existe’”. Considerar: “Si puedo verle, estaré satisfecho”, es un están­dar muy bajo de fe. No tenemos capacidad para verle. Hacer de Él nuestro objeto deja ver una fe de estándar inferior. Pero una fe intensa y elevada prueba completamente que Él es esa maravillosa causa de todo, Él está presente.

Abandona todo. Trata de tener fe solamente

Una cierta sección, como la del filósofo Carvaka, proclama: “No, no, no hay Dios o una sustancia superior. Lo que vemos en la superficie es todo”. Pero, la fe profunda dice que la causa es Él de quien todo emana, por quien todo es mantenido y en quien finalmente todo entra:

yato vā imāni bhutāni jāyante, yena jātāni,
yat prayanty abhisaṁviśanti, tad vijijñāsava
tad eva brahma
Taittiriya Upaniṣad 3.1.1

Simplemente el efecto no es todo, la causa también tiene su existencia. Y ¿cuál es la naturaleza de la causa? Algunos le identifican como Brahman, otros como Paramātmā y otros como Bhagavān. Dios es el predeterminador y el diseñador de todo, Él lo ha creado todo, Él es el controlador de todo. Todo existe automáticamente en Él, como una potencia particular suya.
Abandona todo; únicamente trata de tener fe y todo será encontrado. Todo está allí (sakala chāàiyā bhāi, śraddhādevira guṇa gāi). Buscar una prueba que nos demuestre que “Él es” o “no es” es una bajeza, no exijas ninguna prueba. Con profunda fe, automáticamente se sabe: “Sí, Él es”.

yo mām paśyati sarvatra, sarvāô ca mayi paśyati
tasyāhaṁ na praṇaśyāmi, sa ca me na praṇaśyati
Bhagavad-gītā 6.30

A aquél que me ve en todas partes y ve todo en Mí, Yo nunca lo pierdo y él nunca me pierde a Mí”.
Todo está en Él y Él también está en todas partes. Esta es la característica de Él a quien estamos buscando. Oṁkāra, el monosílabo Oṁ, es la semilla del teísmo. Oṁ significa “Sí”. Siempre y dondequiera que lancemos nuestra mirada buscadora, en una palabra la respuesta es sí. “Sí, lo que estás buscando, existe”. Estás buscando felicidad, placer, disfrute, satisfacción. Tú estás necesitado, y en una palabra, “sí, la satisfacción existe”.
Oṁ toma la forma de Gāyatrī, luego Veda y Vedānta-sūtra; luego toma la forma del Śrīmad-Bhāgavatam y el līlā, los divinos pasatiempos del Señor. Después que tuvieron la oportunidad de participar en el rāsa-līlā de Kṛṣṇa, los Śruti, los Upaniṣads, hicieron la siguiente observación: “¡Oh! No pudimos concebir tanto. No pudimos informar al público acerca del rasa, el éxtasis, de tan alto nivel. Raso vai saḥ: Él es rasa, ānanda, éxtasis. ¿Así actúa? No pudi­mos entender mucho y no pudimos distribuirlo al público. Por lo tanto Señor, suplicamos Tu perdón. En el pleno juego de Tus alegres pasatiempos, la magnitud de Tu naturaleza extática es inconcebible. Por favor perdónanos, hemos fracasado en revelar al público que el goce más sublime es de tal satisfacción en grado máximo; tanto así que, kāma, la lujuria, la cosa más asquerosa en el mundo mortal, se encuentra aquí como lo más hermoso y el más elevado tipo de encanto. Incluso encontramos que el placer de la unión del hombre y la mujer, que normalmente es odiado y rechazado, aquí está incluido. Señor, no pudimos entender. Más bien, el yoga o concepción que presentamos es seca en comparación a esta vida de deleite”.

Los devotos: Pilares de la fe

Así, debemos ser cuidadosos para apreciar la fe genuina. Debemos aproxi­marnos a los devotos por fe. Ellos son como muchos pilares de la fe. Se dice que la electricidad puede fluir por todas partes, pero prácticamente, debemos estar conectados con el generador. Los generadores pueden mostrar el poder de la electricidad. Similarmente, hay muchos devotos, en el pasado y el presente, en quienes podemos encontrar verdadera santidad. Ellos se mantie­nen como pilares de la fe, por su comportamiento y ejemplo. Si nos aproximamos a Cristo, su ideal y sacrificio estimulará la fe en nosotros. Si examinamos la historia de Prahlāda, podremos entender qué gran devoto es él. Nuestros corazones rebozarán: “Aquí está la fe, aquí está la presencia del Todopoderoso”.
Cuando prestamos atención a los devotos, con su ayuda ascendemos a un estándar más elevado y particular de fe. Cuando volvemos nuestra atención hacia los devotos, estamos en una posición segura. Ellos son como muchos pilares sosteniendo y probando la presencia del Señor. Ignorando repeti­damente los objetos disfrutables de este mundo, ellos se yerguen con sus cabezas erectas, declarando y probando su experiencia acerca del Ser Supremo.
La fe en los devotos, los vaiṣṇavas, nos otorga la ayuda más sustancial. Tal posición es firme y no fluctuante. Aquél que tiene fe en los vaiṣṇavas obtiene una devoción de carácter tangible. De otra manera, solamente con la fe abs­tracta en el Señor, sin fe en los devotos, somos principiantes, en la etapa de kaniṣṭha-adhikāra. Ésta no es una plataforma digna de confianza. Nuestra devoción se aproxima a un estándar confiable cuando podemos encontrar devoción en los devotos y reconocer su importancia. Los devotos están incluso por encima de la Śāstra, las Escrituras. Cuando nuestra fe real en los devotos se desarrolla de una manera palpable, estamos en la etapa interme­dia, madhyama-adhikāra. En esa etapa, la oposición de los no devotos puede algunas veces esconder parcialmente al Señor en nuestra conciencia, como un eclipse.
Pero estos impedimentos internos son disueltos cuando se despierta el contacto directo con el Supremo. En la etapa más elevada, uttama-adhikāra, uno puede tener un indicio del Ser Supremo en todas partes y a cada momento (yo māṁ paśyati sarvatra, Bhagavad-gītā 6.30; sarva-bhūteṣu yaḥ paśyed bhagavad-bhāvam ātmanaḥ, Śrīmad-Bhāgavatam 11.2.45). Es Su voluntad, Él está allí, en Su līlā. Él puede jugar al escondite con Sus devotos. A veces se hace claramente visible a ellos y otras se esconde y los hace llorar: “¡Oh! ¿Dónde estás mi Señor? No siento Tu presencia, no puedo verte. ¿Cómo podré mantenerme? ¿Cómo podré guiar mi vida? Sin Ti, no puedo vivir. Tú eres tan encantador, alegre y el dador de tanta satisfacción; no puedo vivir sin Tu relación”. Ellos suplicando se lamentan y lloran.



Cuando el amor despierta, el cerebro se retira

Todo está subordinado a Él solamente. Si intentamos buscar la causa de todo encontraremos que ella es algo que a su vez tiene su causa y así sucesi­vamente. Pero cuando encontremos Su encanto y belleza personal nos dare­mos cuenta: “Sí, éste es el objetivo final que todos estamos buscando”.
Hay una canción bengalí: “¡Oh montañas! ¡Oh Himalayas! ¡Oh Alpes! ¡Oh Sumeru! ¿Qué buscan ustedes con sus cabezas erectas? ¿Han visto al Creador de este mundo y han obtenido la satisfacción de sus vidas? ¿Lo han visto?” En esta forma, el devoto siente en su corazón que todo está buscando al Señor quien es la satisfacción de la vida misma. En el mundo fenomenal de nacimientos y muertes, no hay nada tangible que pueda atraer nuestra aten­ción. El interior de nuestro corazón busca sat, lo eterno, cit, la conciencia que satisfaga nuestra percepción, y ānanda, la satisfacción de nuestro anhelo del amor y la belleza. Cuando el amor despierta, la función del cerebro se retira. Entenderemos que el amor es la satisfacción de la vida. Esta es una fase especial de nuestra existencia. Donde quiera que estemos automáticamente estaremos buscando por ese “Sí”, “Oṁ”. Oṁ significa, un gran “Sí”. Lo que estás buscando existe. Lo que estás anhelando en lo más interno de tu cora­zón, existe.
Tu búsqueda debe progresar de lo aparente a lo real. El Señor de tu búsqueda está allí. Oṁkāra nos lleva al Gāyatrī, luego al Veda, Vedānta y al Śrīmad-Bhāgavatam, el cual describe el lado extático y gozoso del Señor. El Infinito se aproxima tanto al finito, que el finito piensa: “Él es uno de noso­tros”; hace el papel de un amigo tan cercano que llegamos a pensar que Él es uno de nosotros. Esta es Su gracia más elevada y bondadosa para con noso­tros y éste es nuestro logro más elevado, el cual es encontrado en Vṛndāvana. Śrī Caitanya Mahāprabhu enseñó que debemos abandonar todo y hacer nuestra única meta a Śrī Kṛṣṇa el Señor de Vṛndāvana: Svayam Bhagavān, Dios de dioses, Señor de señores. Él es la fuente de las ilimitadas manifesta­ciones del poder supernatural. Por lo tanto, Mahāprabhu pregonó: “Busquen a Śrī Kṛṣṇa. No tienen otra obligación en este mundo. Tomen Su nombre, hablen acerca de Él y en cualquier cosa que hagan sigan este camino. Pron­tamente, obtendrán la satisfacción de su vida. Continúen tomando Su nom­bre, continúen buscándole, continúen hablando acerca de Él, ya sea que estén durmiendo, comiendo, riñendo; cualquier cosa que hagan, asócienla con Kṛṣṇa”.

La necesidad principal es sādhu-saôga

Pero esta búsqueda por Kṛṣṇa no debe ser hipócrita. El buscador sincero recibirá ayuda y dirección de los devotos verdaderos. Con la ayuda de los devotos y de las Escrituras y con sinceridad dentro de ti, continúa buscando a Kṛṣṇa. Con cualquiera que te encuentres habla acerca de Kṛṣṇa y no hables de nada que sea presa de la muerte. Esposa, niños, dinero, todo se evaporará en el siguiente momento, así que no pienses en más. Pero a cada paso de tu vida, haz todo para la felicidad eterna.
Kṛṣṇa no es tu maquinación. Él puede ser conocido a través del sādhu y de la Śāstra, y no a través de este mundo materialista de disfrute. No podrás encontrar a Kṛṣṇa en la renunciación (aborrecimiento), pero si con el sādhu, el santo puro; Kṛṣṇa es la respuesta de la indagación positiva del corazón.
Aquellos que son seducidos por el encanto del mundo externo no podrán entender su temperamento interno; ellos son desafortunados (na te viduḥ svārtha-gatiṁ hi viṣṇuṁ, durāśayā ye bahir artha-māninaḥ, Śrīmad-Bhāgava­tam 7.5.31). La necesidad principal es mantener la compañía del sādhu quien tiene fe real en Kṛṣṇa. Semejante sādhu, es muy, muy raro en este mundo, pero si quieres obtener el bien más elevado, haz de este ideal la corona de tu cabeza, en cualquier forma posible acepta la ayuda de la asociación.

sādhu-saôga sādhu-saôga-sarva-śāstre kaya
lava mātra sādhu-saôge sarva-siddhi haya
Caitanya-caritāmṛta, Madhya 22.54

Un momento de asociación con el sādhu otorga todo éxito; éste es el veredicto de todas las Escrituras”.

kiṁ pramattasya bahubhir, parokṣair hāyanair iha
varaṁ muhūrtaṁ viditaṁ, ghaṭate śreyase yataḥ
Śrīmad-Bhāgavatam 2.1.12

Imperceptiblemente, muchos, muchos años pasan inútilmente en la vida de una persona intoxicada por los placeres mundanos. Es mejor si por un momento él recapacita que está perdiendo un tiempo muy valioso, porque podrá así volverse serio en obtener el beneficio eterno”.
Aquí, Śukadeva Gosvāmī dice que un momento es suficiente para solucio­nar el problema completo de la vida si es usado correctamente en sādhu-saôga. Cueste lo que cueste, trata de utilizar la oportunidad del sādhu-saôga, la asociación de los agentes de Kṛṣṇa. ¿Qué necesidad hay de vivir por siglos y siglos si somos inconscientes de nuestro propio interés? No debemos estar desatentos sino despiertos a nuestro interés real.
Śrī Caitanya Mahāprabhu vino a dirigirnos hacia nuestro interés real: “No conoces tu propio corazón. Eres un extraño para él y sus demandas. Hay una riqueza dentro de tu corazón, trata de hallarla; elimina las cosas foráneas y encontrarás que tu corazón es un templo de Kṛṣṇa. Con la ayuda de un guía apropiado, examina tu corazón y encontrarás a Kṛṣṇa. Esto no es extraño para ti. Cada corazón es un templo del Señor; es tu propiedad; es tu hogar. Regresa a Dios, regresa al hogar”.
CAPITULO TRES

El triunfo de la fe

Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura ha escrito:

sakala chāàiya bhāi sraddhādevira guṇa gāi
yāôra kṛpā bhakti dite pāre

Abandonando todo, cantemos en alabanza a Śraddhādevī, fe, cuya gracia puede llevarnos a Kṛṣṇa”.
Śraddhā, fe, es la cosa más sutil y tangible. No es imaginaria. Debemos darnos cuenta que es real, concreta, y no simplemente un sentimiento abs­tracto de conciencia individual. La fe es universal como el elemento más fundamental que puede conectarnos con el objetivo más selecto.

Nadie puede comprar al Absoluto

A través de la radio o de la electricidad podemos establecer comunicación a larga distancia. La ciencia es muy sutil y no siempre es conocida por todo el mundo, sin embargo no podemos negar su existencia; ella tiene su posición tangible. Pero la fe es mucho más sutil y a través de ella uno puede establecer un contacto elevado y recíproco. La fe sutil no es alcanzada por cualquiera; tiene su existencia tangible y actúa en toda circunstancia si alcanzamos su contacto peculiar. No podemos dar falsas afirmaciones de poseerla; nuestro poder y grandeza no son necesariamente una prueba de su presencia en nosotros. A pesar de la gran exhibición y pompa, todo lo que personifique­mos puede ser falsedad. Debemos ser muy cautelosos al mantener nuestro contacto con la fe genuina.
Por supuesto, la sinceridad es el principal requerimiento para la conexión con la fe. No hay dinero en este mundo que pueda comprarla. La calificación es laulyam: Nuestro deseo sincero y fervoroso por alcanzarla. Nadie puede comprar al Absoluto y ningún precio puede comprarlo. La necesidad absoluta es nuestro deseo sincero y serio. Con hipocresía no podemos hacer tratos con Él; ¡Él no es tan tonto como para volverse el objeto del negocio de nadie! Se requiere deseo sincero por Él y esto despertará el sentimiento de Servirle. Nosotros lo queremos, sinceramente a través del afecto. Lo amamos, por lo tanto deseamos Su compañía. Y amar significa sacrificarnos por el objeto de nuestro amor.
Śrīla Jīva Gosvāmī Prabhu ha dado una hermosa definición de la palabra “Bhagavān”: bhajaniya sarva-sad-guṇa-viśiṣṭa, “Bhagavān, el Señor Supremo es de tal naturaleza que cuando alguien entre en contacto con Él deseará servirle y sacrificarse para Su satisfacción”. Este es el resultado de la fe en su forma desarrollada. Él es tan noble, que pensaremos que si morimos para satisfacerle, el objetivo de nuestra vida será colmado. Su noble calidad es tal que despierta semejante espíritu de sacrificio para con Él; atrae todo hacia Él. “Morir para vivir”. Así es la fe.

Un viaje fácil y placentero

Estamos en el océano de la fe y los devotos son agentes esenciales. Todos se ayudan mutuamente. Nuestras dificultades y fatiga en un viaje largo se minimizan si tenemos la asociación de un grupo. Similarmente, si obtenemos la ayuda de devotos de igual naturaleza, esto será lo más apropiado. Incluso nuestro Guru Mahārāja, en una charla dada en su vyāsa-pujā, el santo día de su aparición, se dirigió a sus discípulos, “vipada uddhāraṇa bandhu-gaṇa: ¡Oh mis amigos, quienes pueden darme alivio en el peligro!”
Ustedes son quienes me salvan del peligro. En el océano de la fe, es muy difícil progresar solo, así que ustedes tienen que ayudarme en mi peligroso y ambicioso viaje hacia el Infinito. Ustedes han venido y me están ocupando en hablar acerca de Él y, así, me he comprometido. De otra manera, vivir y moverse solo en el Infinito es muy difícil, penoso y peligroso. Han venido a escuchar algo y en este intercambio de conversaciones acerca de Él, la aven­tura de viajar tan lejos, hacia Vaikuṇṭha, se ha hecho muy fácil y segura”.
Cuando estamos buscando a Kṛṣṇa debemos estar conscientes de nuestra posición real. Esto es y no es fácil, ambas cosas simultáneamente. La fe es el único capital con el cual podemos emprender nuestro viaje hacia el Infinito. Bhakti, devoción, no tiene principio ni fin (ahaitukī apratihatā). No hay prin­cipio, ya está allí. Antes de llegar a conocer acerca de ella, ya estaba allí. Estaba allí, está allí y estará allí. Nadie puede resistirse a ese bhakti, esa fe, es irresistible. Es parte de la sustancia eterna. Su misma naturaleza es la eterni­dad, nadie puede oponérsele. Solamente tenemos que hacer contacto y asociarnos con ella y su ola nos llevará hacia nuestra meta. Y si podemos tener la compañía de los devotos, el viaje se volverá muy fácil y placentero, mientras que ir solo será muy difícil.
Cuando progresamos por nuestro contacto con la fe, cuando llegamos a beneficiarnos de los devotos y tener fe en ellos, aseguramos nuestro progreso haciéndolo una realidad tangible. Desde una posición vaga y abstracta, la fe se arraiga dentro de nosotros. Entonces podemos reconocer a muchos otros con el mismo objetivo en la vida y el viaje se torna fácil; se vuelve concebible; se puede medir.
Cuando tenemos fe en los devotos verdaderos, podemos entrar en contacto con ese mundo tangible.


La asociación con los devotos es de esencial importancia

Así, la posición de los devotos es muy importante en nuestro viaje, espe­cialmente en la etapa intermedia. En la etapa primaria, no se da mucha importancia a los devotos. Con sólo una concepción vaga de las Escrituras y con la ayuda de los méritos acumulados previamente (sukṛtī), el viaje comienza. Pero gradualmente, los principiantes encuentran que el viaje hacia el Infinito no es cosa fácil: “Pensábamos que con un poco de progreso podríamos lograr ponerle fin a los deseos, pero ahora encontramos que no es así”. Cuando llegamos a considerar la posición real de la devoción, de quien es Dios (Él es universal, Él es la meta última), podremos desilusionarnos gradualmente. Pero si a lo largo del camino obtenemos ayuda de los devotos, sentiremos mucho alivio en su compañía, aunque el destino pueda estar lejano. Las dificultades del viaje son más prominentes en la segunda etapa. En el estado primario no somos muy exclusivos en nuestro objetivo y así no experimentamos muchas dificultades. Las verdaderas dificultades empiezan cuando entramos en un viaje exclusivo, sin otro objetivo que ocupar nuestra energía total hacia la senda eminente y elevada. Y si realmente obtenemos un toque de la etapa más elevada, la etapa mahā-bhāgavata, el viaje otra vez se vuelve más fácil. Pero la porción intermedia es difícil y en ese estado los devo­tos son muy importantes para salvarnos. Éste es el período de las adquisicio­nes tangibles y de los obstáculos; nuestros fracasos en la senda a la realización serán rectificados en esta etapa intermedia.
Cuando entramos en guerra, al comienzo tenemos mucha esperanza. Sen­timos confianza. Pero la prueba real es cuando la lucha se inicia. Y cuando nosotros finalmente conquistamos, otra vez nos sentimos muy satisfechos. Pero el período intermedio, cuando la guerra se está desarrollando, es el período difícil. En ese momento nuestros compañeros de guerra, nuestros camaradas, quienes pelean junto a nosotros, son muy importantes. “No estoy solo. Hay muchos otros batallando a mi lado en esta guerra”. Esos compañe­ros son muy importantes. Algunos pueden desaparecer pero habrá otros para entusiasmarme.
Similarmente, en este viaje, podemos ver que muchos partidarios incondi­cionales están cayendo. Puede desanimarnos el ver a muchas respetables personalidades marchándose, cayendo a medio camino. Sin embargo, en medio de esas circunstancias desfavorables, hay otros que valientemente están progresando con fe resuelta y nos ayudarán. Aguantar hasta el fin es difícil, pero importante y valioso. Las pruebas vienen y muestran cuánta fe tenemos. Nada viene en vano y nosotros debemos aceptar todo lo que pasa en esta forma.
Puede haber muchos grandes guerreros, como Bhīṣma y Drona, que caen en la batalla, pero aun así debemos continuar (karmaṇy evādhikāras te, phaleṣu kadācana, Bhagavad-gītā 2.47). Estamos empeñados en pelear hasta el final. Debemos obtener la meta de nuestra vida y podremos absorber tal determinación del carácter de los devotos. La Śāstra también ofrece consejos útiles, pero sin embargo, la asociación con los devotos es de esencial impor­tancia.

Cómo perseverar en este viaje

Necesitamos fe duradera, no vacilante: “¡Oh! Yo intenté por algún tiempo pero no encontré ningún fruto tangible del bhakti, así que lo abandoné”. “Me pareció muy vago. Cuando comencé, pensé que esto sería tangible que lo obtendría rápidamente, pero no fue así. Es incierto. Estoy usando mucha energía en la causa, pero todavía no se obtiene el resultado”. Las tendencias previas también arrastran desde el lado negativo y así encontramos que muchos valientes están cayendo.
No obstante, tenemos que perseverar en este viaje y tendremos que obtener valor de aquellos que se hallan estables y profundamente comprometidos. Aun cuando se ha dicho cientos de veces que el Absoluto es infinito, en el comienzo aún tenemos la tendencia a tomar la concepción del finito. Estamos acostumbrados a pensar en cualquier cosa en términos del finito. Así, cuando escuchamos que eso es Infinito, es Vaikuṇṭha, no tiene límite, no podemos captar el significado correcto. Pero cuando hacemos progreso práctico, nuevas concepciones vienen a nuestra consideración.
Ahora, cuando nuestro Guru Mahārāja se dirigió a sus discípulos como vipada uddhāraṇa bandhu-gaṇa: “Mis queridos amigos que han venido a liberarme del peligro”. Por supuesto, debemos comprender esta declaración desde los puntos de vista absoluto y relativo. Los estudiantes son una parte necesaria para el profesor; cuando un profesor tiene estudiantes, él siente que el servicio práctico de su vida ha sido exitoso. Así, desde el punto de vista relativo, los discípulos pueden ayudar al Ācārya. Pero desde el absoluto, la voluntad de Kṛṣṇa lo es todo y el nitya-siddha o la gran alma eternamente perfecta quien internamente conoce las intenciones del Señor, no puede ser perturbado por ningún peligro, en ninguna forma, pero externamente tal apariencia puede hacerse manifiesta en su conducta.

mac-cittā mad-gata-prāṇā, bodhayantaḥ parasparam
kathayantaś ca māṁ nityaṁ, tuṣyanti ca ramanti ca
Bhagavad-gītā 10.9

Mac-cittā: “La atención de ellos está en Mí”; mad-gata-prāṇā: “La energía de ellos también es usada en Mi causa”; bodhayantaḥ parasparam: “Mutuamente se ayudan unos a otros”. Esto nos recuerda la ‘silla napoleó­nica’. Una vez, cuando se vararon en un terreno pantanoso, Napoleón arregló que cada hombre se sentara en el regazo del otro en formación circular; cada uno automáticamente protegió al otro del inevitable frío y todos ellos pudie­ron permanecer despiertos durante la noche en ese clima hostil. De otra forma su ejército hubiera perecido. Así, para ayudarse mutuamente, un devoto hace preguntas y el otro contesta, y ambos se comprometen. El que pregunta da alguna energía y quien responde también lo hace. Bodhayantaḥ parasparam: Aquellos de igual categoría intercambian sus pensamientos acerca de Kṛṣṇa (kathayantaś ca māṁ nityaṁ) y por allí la bienaventuranza es generada. Por el mutuo entendimiento y la discusión, una especie de néctar surge para nutrir a los devotos. “Uno pregunta algo acerca de Mí y el otro contesta, de esta manera esa discusión crea un fluir de néctar que nutre las dos partes”. Tusyanti ca ramanti ca: “La satisfacción es generada por el entendimiento mutuo y esto se desarrolla hasta ramanti ca, la categoría de la reciprocidad absoluta, una transacción al por mayor. Asciende hasta ese estándar, ramanti ca, y otra vez les doy una entrega adicional, un resplandor de nueva luz (dadāmi buddhi-yogaṁ tam), y ellos toman un nuevo curso y son promovidos al ‘escuadrón suicida’, ese escuadrón elegible para todo tipo de servicio”. Ese tipo particular de ‘soldado’ es competente para pelear en tierra, mar, aire o en cualquier circunstancia, y está preparado para todo tipo de combate o de servicio. “Yo los dirijo a ellos a esa sección”.

Servicio incondicional: Un concepto muy ele­vado

Yena maṁ upayānti te (Bhagavad-gītā 10.10). Servicio incondicional: Ellos están preparados para cualquier servicio que se les pida. Ellos están listos para sacrificar sus vidas por cualquier tipo de servicio, y ese grupo peculiar está en Vṛndāvana. Yo mencioné a Śrīpāda A.C. Bhaktivedanta Svāmī Mahārāja que en el Gītā, después de ramanti (10.9) viene buddhi-yoga y luego upayānti (10.10); según mi interpretación, el significado es que ramanti o servicio divino en mādhurya-rasa progresa a través de buddhi-yoga o yoga-māyā hasta upayānti, el plano más elevado de servicio en Vṛndāvana. Śrīpāda Svāmī Mahārāja respondió, “¡Qué más podría significar esto!”
Por lo tanto, upayānti significa kāma-rupā. En su Bhakti-rasāmṛta-sindhuḥ, Śrīla Rūpa Gosvāmī ha mencionado sambandha-rupā y kāma-rupa, los dos tipos de rāgat-mikā-bhakti o la devoción dada por los asociados eternos del Señor, encabezados por los residentes de Vraja. En sambandha-rupā, los asociados del Señor cooperan de acuerdo con sus posiciones relativas alcan­zadas en dāsya, sakya, vātsalya o mādhurya, mientras que en kāma-rupā ellos están listos para servir al momento que se requiera. Ellos están listos para servir todos y cada uno de los deseos del Absoluto.
Ellos son como el grupo de soldados quienes han sido entrenados para prestar cualquier servicio en la guerra, sin limitarse a pelear solamente en una división particular como en el ejército, marina o fuerza aérea. Ellos están preparados para toda clase de servicios, en cualquier parte. Así es el grupo kāma-rupā. Esto es upayānti te; a ellos se les otorga la instrucción (dadāmi buddhi-yogaṁ tam) por lo cual ganan tal capacidad en el servicio del Supremo. Kṛṣṇa está listo a cooperar con los servidores en cualquier posición. En Mathurā, Él dio incluso a Sairindhrī, Kubjā, la oportunidad de prestar servicio superior. Kṛṣṇa está preparado para cualquier cosa y lo mismo su contraparte, Sus servidores, también deben estar preparados en esa forma. El concepto elevado de kāma-rupā es lo más difícil de comprender para los mortales ordinarios.

teṣām evānukampārtham, aham ajñāna-jaṁ tamaḥ
nāśayāmy ātma-bhāva-stho, jñāna-dīpena bhāsvatā
Bhagavad-gītā 10.11

Estoy tan endeudado con aquellos devotos que cada vez que sienten el dolor de Mi separación, no puedo tolerarlo. Inmediatamente corro para cooperar con ellos aceptando su servicio. Así es la intensidad de la demanda que siento de ellos”.
Trata de mantener la compañía de los candida­tos exitosos

En un salón podemos sentarnos para el examen, no obstante muchos fraca­san y repiten. Pero no nos detendremos con ellos. Más bien trataremos de mantener la compañía de los candidatos exitosos. Ellos deben ser el foco de nuestra atención, y con su ayuda progresaremos. Progreso significa selección y eliminación, y no hay fin para el progreso. Debemos animarnos para eso.
En cualquier lugar y dirección que vayamos, encontraremos candidatos exitosos y fracasados. Trataremos de evitar a los fracasados. Algunos pueden ser brillantes en las clases primarias, pero después encontramos que se enfrían y no pueden pasar el examen. Otros, no fueron muy exitosos en las clases primarias pero florecen en la educación superior. Así, no debemos sentirnos desanimados o descorazonados al escuchar que muchos respetados seguido­res se están marchitando. Debemos tratar de percibir el terreno actual. Necesi­tamos un conocimiento concienzudo del terreno en el cual nos estamos moviendo. Es incomprensible en toda la extensión de la palabra, pero debe­mos dedicar alguna energía para cultivar un sentimiento profundo por saber dónde estamos, qué queremos y a dónde estamos yendo. Debemos tener un sentimiento profundo por el plano de nuestros objetivos. No debemos permi­tirnos ser capturados por el encanto externo de las cosas sino que debemos tratar de sentir y ver la realidad como nuestra amiga.

La dulzura absoluta es capturada por el amor

klesā-ghni śubhadā mokṣa laghutā-kṛt sudurllabhā
sandrananda-viśeṣātmā, śrī-kṛṣṇākarṣiṇī ca sā
Bhakti-rasāmṛta-sindhuḥ, Pūrva 1.17

Uttamā-bhakti, la devoción más pura, conquista todos los pecados e igno­rancia y otorga todo lo auspicioso; la liberación no tiene tanta importancia en presencia de tal devoción la cual se obtiene muy rara vez. Esta es la personifi­cación del éxtasis más profundo y la que atrae a Kṛṣṇa mismo”.
Aunque obtengamos liberación de todas las fuerzas indeseables a nuestro alrededor, la devoción pura socava la posición de la liberación (mokṣa-laghu­tākṛt). Podemos ser almas liberadas, libres de reacciones y recelos del futuro, pero la asociación con la ocupación positiva, bhakti, es mucho más difícil de obtener (sudurllabhā). Obtener un ‘pasaporte’ no es lo mismo que lograr una ‘visa’. Alguien puede tener un pasaporte, pero con el fin de lograr una visa será necesario soportar más inconvenientes. En otras palabras, podemos ser dejados en libertad por el plano reaccionario, sin embargo puede que no consigamos entrar en el plano elevado. La entrada allí está más allá de la liberación. La calificación del aspirante deseoso de entregarse totalmente al otro plano de vida, es difícilmente encontrada en alguien. Tal persona no tiene interés en adquirir nada para el plano en el cual él había estado previa­mente viviendo por tanto tiempo.
Además, si es designado para ser un predicador, un agente para realizar un trabajo de auxilio social, él ejecutará ese deber únicamente bajo la designa­ción y el interés de ese plano más alto, desapegado del pensamiento: “Yo llevaré bienestar a la gente”. Él deberá pensar: “Yo debo ponerme totalmente a la disposición del plano elevado y no estaré deseoso de volverme un Ācārya, un Maestro Espiritual. De otra manera hay el peligro de cometer nāma-aparādha, ofensa en contra del nombre del Señor”.
Aśraddadhāne vimuke ‘py aśṛṇvati, yaś copadeśaḥ śiva-nāmāparādhaḥ. Es una ofensa dar el Santo Nombre a los infieles. Esto traiciona la motivación para ganar una ‘posición’ en la esfera elevada. Éste es un tipo de apego mundano es un comercio espiritual, como es el hábito de la casta de los ‘gosvāmīs’ y otras líneas ilegítimas. Más bien la actitud saludable debe ser: “Si soy escogido desde arriba, entonces serviré como un escogido y, eso también, solamente por el interés de aquellos que me escogieron. Estoy entrando en esa categoría solamente por el interés de esa tierra elevada”. Ése debe ser el acercamiento puro y perfecto.
Así, con sólo un pasaporte no podemos esperar entrar fácilmente en ese plano elevado el cual es sudurllabhā, muy raramente obtenido. Pero si pode­mos entrar, sentiremos sāndrā-nanda viśeṣātmā, “Sí, este plano mismo es de lo más feliz y lleno de un espíritu independiente. Deseaba conseguir una ‘visa’ para entrar a este país y ahora encuentro que realmente es como lo prome­tido. Directamente percibo que estoy respirando en la atmósfera mucho más elevada y dulce, una atmósfera hogareña que supera a cualquier cosa de mi tierra previa”. Y finalmente, śrī-kṛṣṇākarṣiṇī ca , Kṛṣṇa mismo, la Hermosa Realidad, quien atrae los corazones de todos, es atraído por la dedicación de Sus servidores rendidos. Ni el poder ni el conocimiento tienen cabida en este dominio, pero sí la Dulzura Absoluta, que es capturada por el amor de Sus devotos.
CAPITULO CUATRO

El investigador honesto

Debemos notar la diferencia entre un sirviente y un comerciante. Muchos se acercan con algún propósito mercantil, pero el carácter del devoto verdadero debe ser el de un sirviente. Śrī Prahlāda Mahārāja ha mencionado que quien se asocia con los sādhus, esperando algo a cambio para su interés personal, está haciendo ‘negocio’ con los sādhus. Él piensa: “¿Cuánto puedo ganar y cuánto tengo que dar?” Pero el devoto puro no debe tener ningún interés separado. Por el contrario, debe tratar de sumergirse en el interés del Señor. No importa en qué posición esté, sea un brahmacārī, sannyāsī, gṛhastha, vānaprastha o en alguna otra posición, él debe estar dispuesto a sumergirse (viśate tad anantaram).
Él no deseará mantener una cuenta separada. Su objetivo exclusivo será entrar en la familia del Señor. Éste es el principio fundamental de la devoción pura. Tato māṁ tattvato jñātvā, viśate tad-anantaram (Bhagavad-gītā 18.55). Queremos rendirnos, ser uno con el interés del Señor, y no acercarnos, hacer algunas preguntas y apropiarnos de las respuestas, para luego hacer comercio con ellas de un modo u otro. Una vez mientras se me formulaban muchas preguntas, yo contesté: “Ésta no es una oficina de información”. El indagador quiere satisfacer su curiosidad ociosa o quiere ser maestro de muchos asuntos, así será capaz de dar soluciones a los problemas de todos y obtener alguna posición relativa. Tiene muchos motivos pero no puede entender la necesidad real.

Mi única pregunta es: “¿Cómo puedo ser utili­zado aquí?”

Se requieren artículos específicos para ejecutar la adoración, tales como incienso, flores, lámparas, etc. Similarmente, si deseamos alcanzar el plano supersubjetivo, hay tres necesidades específicas: praṇipāt, paripraśna y sevā. Sin estos tres ingredientes, nuestra búsqueda será imitativa, insustancial y ridícula.
Praṇipāt significa ‘caer tendido a los pies del Adorable’: “He finalizado todas las actividades de mi vida previa; no encontré nada que haya podido satisfacer los objetivos de mi vida. Finalmente, después de ‘terminar mis andanzas’, he venido aquí”. Éste es el síntoma práctico de praṇipāt.
Paripraśna significa ‘investigación sincera’. La investigación sincera y honesta es permitida. El espíritu de tal investigación es: “Quiero saber cómo puedo ser utilizado de alguna forma. Todo el encanto por la vida ha llegado a su fin. Mi único interrogante es: ‘¿Cómo puedo ser utilizado aquí?’”
Y sevā, servicio, es el factor más importante. “He venido a servir y a ser utilizado por la causa que he estado investigando. No estoy aquí para coger algo. Sólo quiero servir, no tengo otro motivo”.

tad vijñanarthaṁ sa gurum evabhigacchet
samit paṇiḥ śrotriyaṁ brahma-niṣṭham
Muṇàaka Upaniṣad, 1.2.12
Abhigacchet significa samyak-gacchet: ‘Sin pasaje de regreso’. Abhi signi­fica, ‘completamente’. He perdido completamente el encanto por mi vida previa; he venido a rendirme, śrotriyaṁ brahma-niṣṭham, a quien pueda enseñarme, quien esté ya en una posición divina y que posea tanto conoci­miento teórico como práctico acerca del objetivo. Sin este proceso, todo será inútil.

tasmād guruṁ prapadyeta, jijñasuḥ śreyaḥ uttamam
śābde pare ca niṣṇātaṁ, brahmaṇy upaśamāśrayam

Tasmād significa: ‘consecuentemente’. Debido a que el candidato ha perdido todo el encanto por el mundo de su experiencia previa, él, conse­cuentemente, se ha acercado con el único objetivo de buscar aquí un lugar honorable para su vida futura. Prapadyeta significa prapannam, rendirse; exclusivamente él se consagrará a la causa. Jijñāsuḥ śreyaḥ uttamam: Él ha venido en busca de una vida elevada. “Las vidas bajas quedaron atrás; ¿puedo tener una vida elevada aquí?” Por lo tanto él se está rindiendo a quien es versado en los dos aspectos de la verdad. La realidad (pare) así como la descripción literaria de la realidad (śabde o śruti-śāstre), la cual es verdad revelada proyectada desde la morada superior, más allá de este mundo de experiencia sensual (Śrīmad-Bhāgavatam 11.3.21).
En el Śrīmad-Bhāgavatam, Śrī Prahlāda Mahārāja rehusó aceptar cualquier bendición que el Señor le ofreciera. Él dijo: “Alguien que acepta algo en pago por el servicio a Ti, no es Tu sirviente sino un comerciante” (na sa bhṛtyaḥ sa vai vaṇik, Śrīmad-Bhāgavatam 7.10.4). Aquellos que se aproximan al Guru y a Kṛṣṇa con interés separado, han venido solamente a hacer negocio. Ellos han venido a adquirir algo para satisfacer sus intereses egoístas. Debemos ser muy cautelosos para evitar tal característica en nosotros. ¿Para qué he venido? Puede haber muchos motivos.
Después de que un famoso y renombrado gosvāmī bien versado en el Śrīmad-Bhāgavatam hiciera una disertación pública, Śrīla Gaura Kiśora dāsa Bābājī Mahārāja, quien estuvo presente durante la lectura, ordenó a su sirviente: “¡Purifica este lugar con agua y excremento de vaca!”
El sirviente se asombró. “¿Por qué? El lugar ya está purificado, la recitación del Śrīmad-Bhāgavatam, Bhāgavata-kathā, tuvo lugar aquí”.
Śrīla Gaura Kiśora dāsa Bābājī dijo: “Tú escuchaste Bhāgavatam, pero yo escuché solamente ‘dinero, dinero, dinero’”. El Gosvāmī había estado muy deseoso de tener a Śrīla Gaura Kiśora dāsa Bābājī en su lectura; la publicidad sobre la presencia de Śrīla Bābājī para escuchar su explicación del Śrīmad-Bhāgavatam daría al conferencista un mayor alcance para conseguir más dinero en su negocio. Él leyó el Śrīmad-Bhāgavatam únicamente con este propósito y no con el de satisfacer al Bhāgavatam o a Kṛṣṇa. Vino por su propio negocio; no por el propósito del Bhāgavatam. Comerciar con el Bhāgavatam es una ofensa, aparādha, en contra del Bhāgavatam y es muy perjudicial para la devoción pura. Lo más importante es la actitud de uno hacia la devoción. Śrīla Śrīdhara Svāmī, el renombrado comentarista del Śrīmad-Bhāgavatam, ha establecido: cārpitaiva sati yadi kriyeta, na tu kṛtā satī paścād arpyeta: “El servicio devocional primero debe ser ofrecido al Señor y luego ejecutado; no, ejecutado y ofrecido después”.

Será servicio si recibo una orden superior
Debemos comprometernos de antemano cuando venimos a servir y no colectar capital y más tarde tratar de utilizarlo en el servicio del Señor. El compromiso es con Él, con Kṛṣṇa. He venido a conocer acerca de Él por Él, no por mí o por alguien más. Entonces, ¿por qué hay un departamento de prédica para el beneficio de otros? Ese departamento existe solamente por instrucciones de lo alto. Solamente si recibo una señal de la región superior: “Vaya y predique”, lo haré, solamente entonces mi prédica será servicio y nunca si es hecho por el nombre y fama: “Yo soy un buen predicador haciendo un buen trabajo, etc”. Debo tener compromiso con la oficina supe­rior y solamente en su nombre predicaré; entonces será prédica genuina. De lo contrario, será comercio. Na sa bhṛtyaḥ sa vai vaṇik: Prahlāda Mahārāja nos ha prevenido en contra de esta mentalidad mercantil en nombre de la verdad espiritual.
Devoción es un plano diferente y separado donde vivimos solamente para el Centro; aspiramos a vivir y movernos solamente como agentes del Centro, nunca desconectados de Él: Esto es conciencia de Kṛṣṇa. La realidad es para sí misma y debemos acatar estrictamente esta regla. Él es para Sí mismo, todo es para Él y yo soy para Él. Cualquier cosa que haga también debe ser para Él. Debemos adherirnos estrictamente a esta concepción y siempre examina­remos si lo que estamos haciendo es para Él o para algún otro propósito, por muy importante que pueda parecernos.
¿Y cuál es la garantía? La garantía son el vaiṣṇava y la Śāstra. Uno no debería ser tan audaz como para pensar que puede concebirlo todo; uno debe hacerlo todo con la aprobación de un vaiṣṇava (vaiṣṇavera anugatya). Al comienzo cuando me uní al Gauàīya Maṭh, cierto día mi hermano espiri­tual el profesor Sanyal hizo una observación: “Si leemos el Bhāgavatam por nuestra propia iniciativa, quizás obtendremos algún conocimiento, pero no bhakti, devoción. Pero si un vaiṣṇava nos ordena leer, nuestra lectura será en devoción”. Incluso la lectura de las Escrituras no es devoción a menos que se lo haga por orden del vaiṣṇava; la lectura independiente solamente es búsqueda de conocimiento. Por seguir al vaiṣṇava nuestra unión con el Señor está garantizada. Sādhu-saôge kṛṣṇa-nāma: En la compañía de los devotos, el canto del nombre o cualquier servicio que prestemos llegará al Señor. ¿Y cuál es la garantía de eso? La respuesta es: “Su agente lo ha dicho así y por lo tanto estoy comprometido. Yo no soy mi amo, sino su sirviente”. Tal concien­cia debe ser genuina, en la medida que sea posible; el éxito depende de este principio.
La realidad es para sí misma. Esta verdad, aunque parezca difícil, debe ser aceptada. ‘Morir para vivir’, y la ‘Realidad es por sí misma y para sí misma’; estas máximas de Hegel pueden ser muy bien empleadas por la escuela vaiṣṇava.

Primero ríndete, luego sirve

ahaṁ hi sarva-yajñānāṁ, bhoktā ca prabhūr eva ca
Bhagavad-gītā 9.24
En el Śrī Gītā, encontramos: ‘La realidad es por sí misma y para sí misma’. “Yo soy el Señor y el Disfrutador de todos los sacrificios”. Así, Śrī Śrīdhara Svāmīpāda ha advertido: “Primero ríndete, luego sirve”. De otra manera tratarás de adquirir algo, apropiarte y escapar. No. Firma el contrato por lo que te corresponde, luego haz el servicio necesario sin depender de ti mismo.
¿Es deseable tal vida? Debemos pensar que hay mucho riesgo: ‘Morir para vivir’. ¿Debemos primero morir para poder vivir en el futuro? ¿Estamos preparados para tomar tal riesgo? ¿Estamos suficientemente disgustados con el medio ambiente presente como para arriesgarnos por un futuro brillante? “¡Yo saltaré!” ¿Estamos suficientemente disgustados para dar tal paso?
Si soy sincero conmigo mismo y si tengo un vislumbre del futuro brillante, sólo entonces puedo tomar tal riesgo. Por el contrario, nadie sería tan tonto de tomar tal riesgo y saltar, abandonando el presente por un futuro incierto. Para sentir el valor de saltar, uno debe haber vislumbrado incluso el más diminuto rayo de tal brillante existencia.
Sukṛtī, mérito devocional, y śraddhā, buena fe, son requeridos. Si sola­mente un toque de fe noble ha surgido en nuestro corazón, se puede aceptar este paso audaz y saltar; de otra manera es imposible. Primero śraddhā, luego sādhu-saôga y bhajana-kriyā: Con fe, cuando uno tiene la asociación de los devotos, las prácticas del servicio devocional continúan. Con fe, uno puede adoptar el proceso de realización. Sakala chāàiyā bhāi, śraddhādevira guṇa gāi: Abandona todo y con tu más grande energía alaba la nobleza de la fe, el rayo de luz para una vida nueva y noble.
Incluso grandes eruditos y personajes del mundo religioso no pueden com­prender la calidad de la vida de rendición a Kṛṣṇa (na vai vidur ṛṣayo nāpi devāḥ, Śrīmad-Bhāgavatam 6.3.19); ¿entonces, qué puede entender el ser humano común? Aquellos que permanecen fuera pueden estar tratando, pero todavía no han venido al terreno.



Contribuye con tu cuota aunque sea pequeña

Explorando en busca de petróleo o minerales, uno puede ver muchos síntomas externos que indican la presencia de aquellos elementos bajo la tierra, pero solamente después de penetrar profundamente uno puede confirmar su hallazgo. A pesar de que hay muchos síntomas externos insus­tanciales, solamente cuando la búsqueda ha alcanzado un cierto estado puede uno saber: “Sí, hemos descubierto petróleo, hierro u oro”. Así, Śrī Caitanyadeva dijo, eho haya, age kaha āra: “La vida divina que estás buscando existe; ahora ve más allá”.
En esta forma, con buena fe, śraddhā, uno puede progresar. La fe debe ser de esta naturaleza: Si proveemos comida al estómago, naturalmente el cuerpo entero será alimentado. No trataremos de alimentar una sección en particular a través de una inyección local. Si proveemos agua a la raíz, todo el árbol será alimentado. Similarmente, a través de la fe podremos darnos cuenta que si hacemos todo para Él, el Centro de la Belleza Personificada, todo será hecho bellamente. Con toda energía contribuye con tu cuota, aunque sea pequeña, y desde este punto tu esfuerzo será bellamente distribuido. Esta es la armonía más elevada. La vida más elevada de cada parte está en total armonía con la naturaleza.
Si tienes un buen cocinero, ¿por qué tratas de cocinar tú mismo separada­mente? Si simplemente le ayudas de acuerdo con su dirección, los ingre­dientes cocinados por sus manos serán de agradable sabor para todos. Así, ocúpate con este principio. Cualquier energía que tengas, aunque sea pequeña, colócala a disposición de la belleza más elevada, el amor divino, y será distribuida; y tú también serás inundado con la más alta calidad, máxima felicidad y satisfacción. Dicha vida de devoción ha sido recomendada como la clave de nuestra existencia. Prahlāda Mahārāja, quien es un śuddha-bhakta, un devoto puro, del estado primario, śānta-rasa, nos ha prevenido de la contaminación del ‘temperamento mercantil’, que es un gran peligro en nuestro acercamiento a la devoción pura (na sa bhṛtyah sa vai vaṇik). Así, debemos examinarnos y abandonar este temperamento de negocio. En su raíz es pratiṣṭhā, la búsqueda por establecer el nombre y la fama. La devoción genuina está desprovista de semejante actitud.

CAPITULO CINCO

Servicio incondicional

Trata sólo de adaptarte al sonido, el elemento más sutil de este plano, y a través de él continúa cultivando la vida espiritual, tomándola con actitud de servicio, de lo contrario será inútil. Se nos recomienda aproximarnos a la Divinidad a través del elemento más sutil de este mundo burdo. Aunque aparentemente no representa nada para nosotros en la actualidad, realmente esta fuerza lo es todo.
Así, acepta la cosa más sutil. Pero si la vida sincera está ausente, nuestra búsqueda será en vano. Aprende a entregarte, aprende a ‘morir’, a abrazar la muerte a cada segundo; incluso en esta esfera, encontramos la actitud “hazlo o mueres” en los políticos ambiciosos, los trabajadores sociales, etc.
En cada deber y a cada paso están listos para sacrificar sus vidas por la causa. Si uno abraza ese principio de vida, con seguridad progresará muy rápidamente y tendrá éxito.
De esta manera, cuando te aproximes al espíritu de la vida elevada, debes invitar a la muerte a cada paso. Entrégate con el más intenso deseo, hacerlo o morir. A cada instante mantén tu existencia como garantía: “Triunfaré o moriré”. Con este espíritu entrégate, acércate al sonido. “Dar para recibir”. Si deseas entregarte con esta idea serás transformado en un candidato fidedigno del mundo superior.
Servicio significa autoentrega, autodedicación, ésta debe ser la actitud para acercarnos a ese plano. De esta forma, todas las capas del ego se desvanece­rán una tras otra y el ser genuino surgirá y seleccionará su propia tierra: “Éste es mi hogar”. Tantas coberturas nos están desviando en diferentes direccio­nes, apartándonos de nuestro svarūpa, nuestro yo real (un sirviente en el plano elevado del organismo entero). La Belleza está jugando y danzando en su propio afecto y dulzura y podemos alcanzarla, siguiendo el curso de ‘hacerlo o morir’ a cada instante.
A través de la autoentrega puedo adquirir mi fortuna, no como un amo sentado en su sillón acumulando información de diferentes partes para utili­zarla en mis planes egoístas. Adau śraddhā tataḥ sādhu-saôga ‘tha bhajana-kriyā (Bhakti-rasāmṛta-sindhuḥ, Pūrva 4.15): Progresar con fe, manteniendo la asociación de los devotos y dedicando nuestras actividades al Señor. Esto significa que debes ir hacia adelante con el ánimo dispuesto a deshacerte de esta vida. ‘Hacerlo o morir’ es, por supuesto, no en sentido físico sino espiri­tual (bhajana-kriyā). Esto es autoentrega, suprimir el ego.


El gusto divino se despierta en conexión con­tinua

Tato ‘nartha-nivṛttiḥ syāt: Si puedes adoptar esto, las cosas indeseables dentro de ti desaparecerán fácilmente y aprisa. Tato niṣṭhā: Entonces encon­trarás en tu vida una conexión continua con este principio que actuará constantemente y cualquier otro deseo indigno y efímero no será capaz de aproximarse o tocarte. Después, encontrarás ruci, un gusto real por la Divini­dad. De otra manera, antes de esa etapa continua, cualquier gusto que pensemos tener es solo engaño y no un verdadero gusto. Niṣṭhā significa nairantarya: Cuando nos establecemos en la conexión continua veinticuatro horas al día con esa sustancia encantadora, un gusto real surgirá y podremos depender de ese sabor. Cualquier gusto que podamos encontrar en otra posición no es de fiar y no es un gusto real. Para la eliminación de todos los encantos de este mundo, veinticuatro horas al día de conexión con la Divini­dad es necesario. Luego el ruci, el gusto consciente que surge en nosotros, es una guía confiable.
Después de eso surge, aśakti, la afinidad natural, y luego los síntomas de bhāva, la etapa de ‘capullo’ de la ‘flor’ del prema, amor divino, hace su apa­rición. Este es el camino de nuestro progreso. Pero si hay imitación, solamente producirá ofensas. Aquellas ofensas serán registradas en ese círculo de los examinadores de la región superior y seremos marcados como descalificados, criminales e ineptos. Esto irá en contra de nosotros e impedirá el progreso futuro. Así, debemos ser muy cuidadosos de no cometer ofensas, aparādha. Es mejor ser un recién llegado con una nueva presentación que tener un historial criminal, eso sería perjudicial para nosotros. Debemos ser muy, muy cuidadosos en la búsqueda del objetivo más elevado de nuestra vida eterna. Esta advertencia ha sido dada especialmente por nuestro Guru Mahārāja, Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura, y él nos atrajo a la línea de la devo­ción exclusiva.

Dedicación significa trabajar

La actitud de servicio es lo primero, sevonmukhe. Nuestro Guru Mahārāja no nos permitía leer mucho, ni siquiera las Escrituras elementales que tratan de las prácticas generales del sādhana, qué hablar de los libros elevados.
En vez de eso, se esperaba que siguiéramos esas prácticas escuchando de la fuente correcta y practicando de acuerdo con las instrucciones que venían de allí. Sirviendo, aprendes a entregarte correctamente. Hay diferentes métodos de servicio: śravanaṁ, escuchar; kīrtana, cantar; smaraṇam, recordar; vandana, orar, etc. Śrīla Rūpa Gosvāmī ha mencionado sesenta y cuatro clases de prácticas devocionales y también se menciona ampliamente que existen mil tipos de prácticas devocionales. Pero las prácticas no son muy importantes; la vida misma de la práctica es lo más importante, esto es la autodedicación. Así, debemos ser muy exigentes en aprender que dedicación es trabajar bajo la guía de un vaiṣṇava.
Trata de conseguir entrenamiento práctico bajo la guía de un agente apro­piado; eso te ayudará en grado sumo a aprender y practicar la verdadera dedicación. La guía debe venir de arriba. Puede ser muy rara, pero es muy valiosa. Debemos rendirnos desinteresadamente a cualquier mandato que descienda de arriba. “No serviré a mis caprichos o a los caprichos de hombres de mi nivel, pero a cualquier mandato que descienda del plano superior, obedeceré con mucho anhelo”. Esta es la clave y esto es servicio.
¿Qué significa actitud de servicio? ¿Sevonmukhata? Una vez, durante los últimos días de su presencia en el mundo, nuestro Guru Mahārāja Śrīla Prabhupāda le dijo a un sannyāsī que llevaba veinte años de vida en la misión: “Tú no me viste, no pudiste ver quien soy. Como un zāmindār (recaudador) has mantenido a algunos devotos casados sirviendo bajo tus órdenes y de ellos me diste periódicamente una donación. Te has convertido en un intermediario, pero debes ser mío completamente, mi agente. No estás haciendo eso. Eres dependiente de esos devotos casados mientras mantienes alguna conexión conmigo. Esto no es necesario. No eres miembro de este mundo. Eres mío solamente. Cualquier cosa que diga debes hacerla. No debes venderte a ninguna cosa o a cualquier propuesta de este mundo. Debes ser mi sirviente completamente”. Así, esta actitud necesaria se encuen­tra rara vez. Deberíamos rendirnos a todo lo que fluya del plano superior con lo cual justificaremos su existencia.

viracaya mayi daṇàaṁ dīnabandho dayāṁ va
gatir iha na bhavattaḥ kācid anyā mamāsti
nipapatu śata-koṭir nirbharaṁ vā navāmbhas
tad api kila payodaḥ stūyate cātakena

El pájaro conocido como cātaka siempre mira hacia arriba por agua de lluvia, pero nunca tomará agua de la tierra aunque haya en abundancia. Él espera cualquier agua que venga de arriba solamente. Puede caer agua suficiente o puede caer un rayo, pero él no tomará ni siquiera una gota de agua de la tierra. Nuestra actitud debe ser como ésta. Debemos seguir cual­quier dirección e instrucción que venga de arriba y nunca tratar de satisfacer ningún plano de este mundo terrenal. “Yo estoy conectado con el Director, el Maestro, el Señor”. Esta clase de práctica es conveniente.
Podemos cantar el nombre, escuchar el melodioso kīrtana, etc., pero la vida verdadera solamente estará presente cuando nuestra actividad esté en el orden descendiente del plano superior y tanto como esa orden sea honesta­mente llevada a cabo por nosotros. En esa forma, seremos aceptados arriba. Podemos ser promovidos a ese estrato superior preparándonos a cumplir las órdenes de arriba, sin preguntar. Si estamos seguros que la orden viene de los estratos superiores, debemos rendirnos sin preguntar. Por vivir a la disposición del superior, aprenderemos servicio desinteresado de alta categoría, el cual no viene de ninguna fuente mundana. Ésta es nuestra necesidad: vaiṣṇava-sevā y Guru-sevā, servir a los vaiṣṇavas y al Guru. Sólo por Guru-bhakti, devoción al servicio de Śrī Gurudeva, toda la ocupación deseable será consumada de un sólo golpe (etat sarvaṁ gurau bhaktya, puruṣo hy añjasā jayate, Śrīmad-Bhāgavatam 7.15.25). Hay muchos síntomas por los cuales podemos recono­cer al Guru genuino, y obedeciendo la dirección superior, podremos progresar hacia lo superior; podemos esperar ser seleccionados y aceptados por los estratos elevados si se nos considera suficientemente calificados. Esta actitud debe ser la principal ocupación de nuestra vida si queremos ir a lo alto, a la región superconsciente.

Si aplicamos la razón no iremos a ninguna parte

En el Vedānta-sūtra, se menciona que el proceso para alcanzar esa región es a través de la verdad revelada y no por la razón (tarka-pratiṣṭhānāt). Si apli­camos la razón no iremos a ninguna parte. Entre muchos expertos argumen­tadores, siempre habrá uno más experto, de forma continua, sin fin. Así, tarka, razón y argumento, es inacabado (apratiṣṭha). El intelectualismo no tiene importancia aquí, porque la superconciencia está más allá de nuestra jurisdicción. No puede ser un objeto de nuestro intelecto. Por servir, por hon­rar, por la autoentrega, por entregar el corazón, y nunca de otra manera, podremos invitar a ese huésped superior. No es posible con intrigas y conspi­ración capturarlo y enjaularlo. Tal intento traicionaría a Satanás, lo haría cambiar de color, se sonrojaría.
Para acercarse a Dios no solamente es necesario autoabnegación, sino también autorrendición. Profunda autorrendición nos pondrá en contacto con el plano elevado, la sustancia noble, y esto debe ser cultivado por todos los medios. Y servicio no es servicio a māyā. Debo ser muy cuidadoso de percibir que no esté sirviendo a māyā, que ha aparecido en una forma encantadora y ‘endiosada’. En nuestra actual posición debemos ser extremadamente caute­losos en relación a qué y a quien estamos sirviendo. La principal ola será jñāne prayāsam udapāsya (Śrīmad-Bhāgavatam 10.14.3): Aborrece, aban­dona (ud-apa-asya) todas las propuestas que tu intelecto te pueda ofrecer. Todo lo que el intelecto pueda juzgar, aceptar o rechazar necesariamente debe ser de clase inferior. Resumiendo de esta forma debes rechazar esto y entender que debes inclinar tu cabeza (namanta eva).
Tu primera propensión debe ser inclinar la cabeza, entonces tu corazón será capturado automáticamente. Trata de conectarte con esa sección donde siempre permanecerás con las manos juntas y donde nunca podrás ser amo. Tal abnegación y valor de autoentrega es necesaria si quieres vivir en ese plano superior. De otra manera, reinarás en el infierno. De acuerdo con las palabras de Satanás: “Es mejor reinar en el infierno que servir en el cielo”. Pero justamente lo opuesto es necesario.
Incluso el llanto y las lágrimas no tienen valor si está ausente la tendencia interna de autoentrega. Sevā, servicio, significa autoentrega, y este es el estándar principal en la vida de un devoto. Esta autoentrega debe realmente ser a la esfera superior y no a algo casual alrededor nuestro, porque ésta es otra forma de ser capturado por las cosas odiosas.
El conocimiento sin Kṛṣṇa debe ser aborrecido

Generalmente, jñāna, conocimiento, es considerado puro. La mayoría de la gente considera a jñāna muy inocente porque no tiene relación con lo burdo, con las cosas materiales. Se admite siempre que manipular la energía material burda es muy dañino (śaśvad abhadram); Las grandes personalidades consi­deran al conocimiento muy puro, inocente e inmaculado, (jñānam alaṁ nirañjanam). Pero si no está conectado con Kṛṣṇa, ese conocimiento debe ser aborrecido, rechazado.

naiskarmyam apy, acyuta-bhāva-varjitam
na sobhate jñānam, alam nirañjanam
Śrīmad-Bhāgavatam 1.5.12
En el Śrīmad-Bhāgavatam, se dice que el conocimiento es ampliamente considerado como inmaculado, puro e inocente, pero si no está conectado con el Bien Absoluto Positivo, entonces es un enemigo. Un candidato califi­cado considerará las cosas de esta manera. Jñāna-śūnya-bhakti: La rendición es tan pura, que aun cualquier conexión con el conocimiento, el cual es considerado inocente y puro, debe ser aborrecida. Tal grado de rendición es necesario para la asociación superior de la devoción genuina.
El encanto de las adquisiciones materiales y la maestría de conocerlo todo, deben ser rechazados (jñāna-karmādy-anāvṛtam). No es posible para ti cono­cer nada acerca del Infinito, ni en magnitud ni en calidad. El Infinito es un fluir de autocracia, por lo tanto, ¿qué puedes conocer de Él? Conocimiento quiere decir algo más que almacenar muchos incidentes relativos o falsos y ‘vender’ esta información al mundo con el fin de satisfacer alguna otra función, tal como nombre y fama personal. Renuncia a esto y comprométete al servicio espontáneo y sin reserva. Eso es noble y te llevará a la región más noble.
Así, karma y jñāna, el manejo de la materia y el conocimiento, no se fomen­tan. Al conocimiento no se le permitirá entrar en ese ‘mercado’ donde la voluntad absoluta y la autocracia reinan. Las reglas y las regulaciones no pueden trabajar ahí. Acumulación y almacenamiento falso no tienen impor­tancia allí.
Sólo a través de la rendición tendremos ese elevado contacto. La actitud de servicio es nuestra amiga. Somos una unidad con actitud de servicio y servi­cio significa rendirse al superior. Y superior significa el plano incontaminado por la materia y las adquisiciones intelectuales. Debemos servir a ese plano excelso.

CAPITULO SEIS

La concepción más elevada
de la conducta

Cierto día, Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura estaba cantando el nombre del Señor y por su dulce voluntad, divagaba por el cielo. Repentinamente se encontró que estaba cerca de Yamālaya, donde el señor de la muerte Yama, mantiene la corte para juzgar a los pecadores de este mundo. Allí también encontró a Brahmā, Nārada, Śiva y otros, discutiendo con Yamarāja el signifi­cado de los dos ślokas hablados por Śrī Kṛṣṇa en el Bhagavad-gītā (9.30,31); pero no podían resolver el problema de discernir el significado apropiado de los ślokas.

api cet sudurācāro, bhajate mām ananya-bhāk
sādhur eva sa mantavyaḥ, samyag vyavasito hi saḥ
Aunque externamente una persona pueda ser vista cometiendo muchos pecados, si está entregada a Mi devoción exclusivamente, se la debe conside­rar la más pura y santa. No importa qué haga ella , eso será ciento por ciento correcto”.

kṣipraṁ bhavati dharmātmā, śaśvac chāntiṁ nigacchati
kaunteya pratijānīhi, na me bhaktaḥ praṇaśyati
Prontamente él se vuelve virtuoso y alcanza una paz perdurable. ¡Oh, hijo de Kuntī, declara osadamente al público que Mi devoto jamás perece!”
Pero quien se ocupa en Su devoción exclusiva, ananya-bhajana, ha sido definido por las propias palabras del Señor, sarva-dharmān parityajya, mām ekaṁ śaraṇaṁ vraja: “Mi devoto exclusivo es aquél que abandona todo tipo de deberes (sarva-dharmān) y se rinde a Mis pies, aceptando solamente sus deberes para Conmigo”.
Habiéndose rendido al Señor y superado todo tipo de obligaciones, ¿cómo ese devoto exclusivo (ananya-bhāk), puede más adelante ser visto como un hombre externamente recto o piadoso? (kṣipraṁ bhavati dharmātmā). Ésto es una anomalía.

Ocuparnos de nuestro deber hacia el Centro

Yamarāja, Brahmā, Nārada, etc., discutían este punto, pero no lograban encontrar la solución. ¿Cómo puede alguien que ya ha abandonado todo tipo de compromisos, sean estos correctos o incorrectos, con el propósito de rendirse exclusivamente a los pies del Señor Supremo, volverse “virtuoso” en el futuro?
No encontrando solución, mandaron a buscar a Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura a quien observaron moviéndose en el cielo y cantando el nombre del Señor: “Él es un devoto puro y tiene un conocimiento profundo de las Escrituras, pidámosle que explique este verso del Bhagavad-gītā”.
Así, lo invitaron; él fue y dio el significado. Api cet sudurācāro, bhajate mam ananya-bhāk: A pesar de sus prácticas externas, el devoto exclusivo (ananya-bhāk) es aceptado (mantavyaḥ) como un santo ciento por ciento (sādhu).
Por lo tanto, la conclusión es que quien pueda entender esto y declare que un devoto exclusivo de Kṛṣṇa, sin importar sus prácticas externas, es un santo ciento por ciento, prontamente se volverá dharmātmā, virtuoso y religioso. Sus afirmaciones y conclusiones son correctas y pronto su conducta se volverá muy pura, y también tendrá la oportunidad de seguir la senda hacia la verdad eterna.
Así, Arjuna, aprovéchate de esto y declara sin miedo al público que Mi devoto, quien se ha entregado a Mí por completo, nunca arruinará su reputa­ción. Aun si aparentemente es visto haciendo algo equivocado, será salvado. El éxito de su vida está asegurado. Por esta declaración, conseguirás el bene­ficio de volverte virtuoso y tener la oportunidad de lograr la paz espiritual eterna. Quienquiera que lo entienda y tenga el coraje de declarar que la reputación de Mi devoto exclusivo nunca será arruinada, él a su vez, consigue su oportunidad de llegar a este sendero de devoción exclusiva y obtener la paz eterna”.
Debido a que tiene la apreciación correcta por la devoción exclusiva, lo obtendrá todo. Todo es para el Señor y no para alguna otra parte. El Absoluto es para Sí mismo. Obedezcamos o no las leyes del interés separado o provin­cial, debemos sin falta obedecer la regla de que todo es para Él. Ésta es la regla principal y todas las otras son secundarias. Podemos ocuparnos o no de nuestras obligaciones, pero debemos ocuparnos de nuestro deber hacia el Centro; éste es el factor más importante en cada caso. Así, alguien que apre­cia esto y lo afirma sin miedo al público, debe tener un aprecio sustancial por esta concepción y seguro sobrevivirá y mejorará muy pronto su condición futura. “Él obtendrá la senda de la paz eterna, o sea, el servicio de Mí mismo, Kṛṣṇa”. Éste es el significado fundamental.
La calificación más alta en cada parte del todo es que todos deben estar dedicados al Centro, incluso traspasando la obediencia con respecto a cual­quier otra posición del medio ambiente. Y alguien que pueda sentir, valorar y afirmar esto, prontamente alcanzará tal posición. Su corazón puede valorar y eso es algo como una realización en el sendero; muy pronto hará efecto y el público verá: “¡Oh! Él también está entrando en esta senda de ananya-bhajana, la exclusiva adherencia al llamado del Centro Absoluto, y eso lo es todo”.
Dharma significa deberes morales, incluyendo los deberes al padre, la madre, el país, sociedad, humanidad, etc. Pero si alguien descuida todo esto y mantiene una relación directa hacia Mí, será considerado libre de cualquier falta. Él está en la línea de sarva-dharmān parityajya, mām ekaṁ śaraṇaṁ vraja. Está haciendo lo correcto y quien pueda simplemente apreciar esto muy pronto también se transformará en alguien de la misma clase. Este es el significado completo.

Por masticar su veneno, ese veneno me vendrá a mí

En la norma, o en la interpretación general, el principiante en el servicio devocional puede tener muchas malas tendencias en su comportamiento, pero cuando él madure deberán desaparecer. Sin embargo, puede persistir el comportamiento algunas veces indeseable, al menos externamente.
Mientras más nos preocupemos por la conducta de los demás más perde­remos nuestro propio tiempo y energía. Esta práctica en vez de beneficiarnos es reaccionaria. Si trato de encontrar faltas en alguien, especialmente en un devoto, ellas regresarán a mí. Por tratar de encontrar veneno en su cuerpo, ese veneno vendrá a mí. Abandona semejante actitud, trata de encontrar lo bueno en otros y esto te ayudará.
En el tiempo de nuestro Guru Mahārāja, había un sistema en el Maṭh: Él ordenaba que un devoto glorificara al otro, especialmente a otro devoto que no fuera de su agrado. Así, el devoto estaba forzado a encontrar lo bueno en otro devoto que particularmente no le gustaba y por hacer esto se benefi­ciaba. Eliminando lo malo que otras personas tenían según su concepto, él debía buscar todo lo bueno que pudiese encontrar y por esto se beneficiaba. No hay necesidad de alimentar cosas malas, en ninguna parte, especial­mente en los devotos. Kṛṣṇa se encarga de Sus almas rendidas (ananya-bhak). Así, todo lo bueno o malo que pueda estar presente en ellos es Su responsabilidad. Cualquier vicio o malicia en un devoto, por Su voluntad desaparecerá en cualquier momento, o podría ser que Kṛṣṇa desee mantener eso con el fin de servir a algún propósito Suyo. Debemos tener esta visión. No debemos arriesgarnos a criticar a quienes están bajo el cuidado de Kṛṣṇa, porque acumularemos muchos problemas. Debemos tratar de encontrar lo bueno en ellos, pues esto nos ayudará tremendamente. Esto no es un asunto teórico, sino la consideración más práctica.

La impureza es sólo una apariencia

Śrīla Rūpa Gosvāmī ha dado el ejemplo de que las sagradas aguas del Ganges, externamente pueden parecer sucias, pero esa suciedad externa de fango, burbujas y espuma no pueden cambiar la capacidad purificante de sus aguas; similarmente, el alma pura o ātmā, el devoto mismo, es un agente purificador, el factor más puro y normal en el mundo. Cualquier cosa que pueda ser vista externamente en su carácter es como el fango, burbujas y espuma que se encuentran en las aguas del Ganges. La capacidad purificante de sus aguas está separada y no puede ser perturbada por ninguna espuma o suciedad mezclada con el agua. La capacidad espiritual no depende de ninguna forma de la capacidad material aparente. A veces un vaiṣṇava puede ser visto un poco codicioso, enojado, físicamente ciego, sordo o cojo, pero su carácter santo es independiente de las características físicas o mentales.
Durante el viaje de Śrī Caitanya Mahāprabhu por el sur de la India, sucedió el caso de Vāsudeva-vipra, en Kūrmakṣetra. Él era un leproso, pero al mismo tiempo era un gran devoto. Su comportamiento físico también era singular­mente ejemplar: Si alguno de los gusanos que estaba en sus llagas caía al piso, los recogía y los colocaba en las llagas, así los gusanos no morirían. Él era un devoto consumado. Mahāprabhu lo abrazó y por el contacto del Señor la lepra desapareció.
Śrīla Sanātana Gosvāmī también contrajo llagas en todo su cuerpo debido al contacto con agua contaminada de la selva, cuando regresaba de Vṛndāvana a Purī. Mahāprabhu acostumbraba darle la bienvenida abrazán­dole, pero Sanātana trataba de apartarse. Él objetaba: “¡No me toques! Este es el cuerpo de un hombre pecaminoso”. Las llagas escurrían y despedían un mal olor, pero Mahāprabhu lo abrazaba enérgicamente. Sanātana había decidido: “Dejaré este lugar o invitaré a la muerte cayendo bajo las ruedas del carro del Señor Jagannātha”. Pero como el Señor está en el corazón de todos, Mahāprabhu conocía la mente de Sanātana. Lo amonestó y lo abrazó fuertemente. Todas las llagas desaparecieron e inmediatamente el cuerpo de Sanātana se volvió dorado.
Mahāprabhu dijo: “Sanātana, tú eres un vaiṣṇava. Tu cuerpo no es defec­tuoso. Aprākṛta-deha tomāra prākṛta kabhu naya. Kṛṣṇa está probándome. Yo soy un sannyāsī y Él está examinando si hay alguna parcialidad en Mis tratos con un vaiṣṇava, simplemente porque tiene externamente muchas llagas. Él me está examinando para ver si evito y desecho la asociación de tal vaiṣṇava. Pero tu cuerpo ya es puro y con el único propósito de probar al público, Kṛṣṇa ha creado esto. Si no puedo verlo, habré fallado y habré sido engañado por Kṛṣṇa. Es una simple exhibición, no es nada; tu cuerpo es puro porque eres un vaiṣṇava, un devoto de Kṛṣṇa. Esta impureza es solamente una apariencia con el fin de servir a algún propósito divino de Kṛṣṇa. Donde­quiera que hay un Vaiṣṇavatā, un verdadero santo consagrado, allí nunca puede haber contaminación. Solamente para probar Mi devoción Kṛṣṇa te ha enviado a Mí en esta condición”. Así, Mahāprabhu lo abrazó y demostró que él era absolutamente puro.
Ya seamos externamente puros o impuros, el principio real es nuestra devoción exclusiva por Kṛṣṇa. En el sentido ordinario, las gopīs también son pecadoras. Ellas violaron las leyes de la sociedad y la Śāstra, así que ellas son ‘pecadoras’. Pero ellas mantienen la posición más elevada de pureza por su dedicación exclusiva a Kṛṣṇa y a nadie más. Ellas no pueden evitarlo, por el contrario, sirven a Kṛṣṇa cien por ciento, aun bajo el riesgo de violar la totali­dad de los códigos morales. Ellas son consideradas como el ideal más alto de devoción.
Pero esta clase de devoción no es tan barata como para que cualquiera en este mundo lleve a cabo sus actividades y tome ventaja de estos ideales. Esto no funciona así. La verdadera medida de la devoción debe estar allí, no para que alguien haga cualquier cosa en nombre de la devoción pura, como los prākṛta sahajiyās. Eso no se debe permitir.
CAPITULO SIETE

La gran victoria del amor

La devoción está sobre todo. La propiedad más grande de todos es la rendición, śaraṇāgati. Rindámonos a Él y Él nos permitirá misericordiosa­mente conocer Su nombre, y así seremos capaces de conocerlo.
En los Upaniṣads, se dice, yam evaiṣa vṛnute tena labhyaḥ: “A cualquiera que Él escoja para darse a conocer, podrá conocerlo. De otra manera, nadie podrá conocerlo en contra de Su voluntad. Él se ha reservado los derechos de no exponerse a los sentidos de nadie. Es el supremo y puede hacer eso. Si no quiere darse a conocer, nadie podrá conocerle. Cuando quiera que Él desee darse a conocer a alguien, le podrá conocer. Ésta es Su posición”.
Por orden de su Gurudeva, Devarṣī Nārada, a Vedavyāsa se le confió la escritura del Śrīmad-Bhāgavatam como la conclusión de sus enseñanzas. Después de los Vedas, los Purāṇas, los Upaniṣads, el Mahābhārata, el Bhaga­vad-gītā, etc., el último regalo de Vedavyāsa al mundo fue el Śrīmad-Bhāga­vatam. Y el mensaje del Bhāgavatam es que esa belleza está sobre todo conocimiento o justicia. La misericordia está sobre la justicia. Afecto, amor, belleza, encanto, armonía, estos están sobre todo, y este concepto absoluto de la realidad última está en el concepto Kṛṣṇa.
La belleza está sobre el conocimiento y el poder. El conocimiento está sobre el poder y sobre el conocimiento está la belleza, el encanto, el amor. Eso es lo supremo. El Śrīmad-Bhāgavatam ha declarado, kṛṣṇas tu bhagavān svayaṁ: El concepto Kṛṣṇa de Dios, la Suprema Personalidad de Dios, es el más origi­nal del Absoluto. Esta es la principal declaración del Bhāgavatam: El Señor como la Belleza, está sobre todo. Y bajo Él está el temor, la reverencia, el poder, etc.
Y Mahāprabhu Śrī Caitanyadeva señaló: “Ve a la belleza, la Hermosa Rea­lidad, Él es tu logro más elevado. No se debe ansiar ni poder ni conoci­miento, sino anhelar el servicio a la Belleza y por esto obtener la entrada a Su tierra. Ésta es la realización más elevada. No desperdicies tu energía aspi­rando otras cosas, más bien, anda directamente, jñāna-śūnya-bhakti. Con la ayuda del sādhu-saôga, toma el nombre del Señor y trata de marchar directo progresi­vamente a la concepción Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios. La conciencia de Kṛṣṇa es el logro más elevado y esto es dado por Śrī Caitanya Mahāprabhu y el Śrīmad-Bhāgavatam”.
Śrī Caitanya Mahāprabhu recomendó: “No desperdicies tu energía en cual­quier cosa. Utilízala para la concepción Kṛṣṇa de Dios”.
Así, tratamos de hacer progreso en esta línea y al mismo tiempo pedimos a nuestros amigos que también abracen esta vida. La satisfacción de la vida para cada partícula de existencia en este mundo puede ser encontrada aquí.
Marcha hacia el Bien Universal. No importa quien seas y dónde te encuen­tres. Toma tu curso hacia la conciencia de Kṛṣṇa. Ésta es la perfección sublime de la vida para todos. Solamente voltea tu cara hacia Él y marcha, y la Dulzura Absoluta, Śrī Kṛṣṇa, te dará la bienvenida. Ésta es la campaña de los gauàīya vaiṣṇavas.
Śrī Rūpa Gosvāmī describió a Kṛṣṇa en una forma científica: akhila-rasāmṛta-mūrtiḥ. Nuestros corazones están deseosos de satisfacción y felici­dad de diferentes tipos, pero Él es el emporio de todas esas rasas, el sabor del éxtasis. Todos los tipos de rasas están en Kṛṣṇa y Él es la personificación de todas ellas, así todos pueden encontrar su lugar correspondiente solo en Él y en ninguna otra parte. Él es Kṛṣṇa, akhila-rasāmṛta-mūrtiḥ. Toda nuestra necesidad de satisfacción está personificada en Él. Así que solamente Él puede decir: “Abandona todo y ven a Mí. No te arrepentirás. Encontrarás tu más alta satisfacción”. Nunca antes alguien había dicho tal cosa en ninguna parte. Solamente Kṛṣṇa lo ha manifestado y Mahāprabhu señaló: “Ve en esa dirección y no por ninguna otra, marcha directo a la concepción de Kṛṣṇa, ese es tu hogar”.

CAPITULO OCHO

El esplendoroso sol

parivadatu jano yathā tathāyaṁ
nanu mukharo na vayaṁ vicārayāmaḥ
hari-rasa-madirā-madātimattā
bhuvi-viluṭhāma-naṭāma nirviśāmaḥ

Los críticos pueden difamarnos, pero no les prestaremos atención. Com­pletamente intoxicados por beber el vino del éxtasis del servicio a Śrī Hari, danzaremos, rodaremos por el piso y nos desmayaremos”.
Existe una clase de personas que piensan que ellos pueden intoxicarse, cantar, danzar y rodar por el piso, imitando la intoxicación divina mencionada en este verso escrito por Sārvabhauma Bhaṭṭācārya. Ellos piensan que pue­den comprar baratamente éxtasis ‘divino’ con ayuda de la intoxicación, pero todo su intento es un fraude. Ni hablar de ellos, si aun el intento yógico es inferior.

yamādibhir yoga-pathaiḥ, kāma-lobha-hato muhuḥ
mukunda-sevayā yadvat, tathātmāddhā na śāmyati
Śrīmad-Bhāgavatam 1.6.35

La mente agitada, a menudo es cautivada por su enemigo en la forma de la corrupción enraizada en la lujuria y codicia, pero por servir al Señor Supremo Mukunda, inmediatamente puede ser controlada; nunca puede ser controlada o apaciguada de la misma manera por la práctica óctuple de la disciplina yógica, la cual generalmente se basa en la represión mental o sensual (yama, niyama, etc.)”.
Aquí, Śrī Nārada Muni dice: “Ustedes, yogīs, piensan que por el proceso de controlar la respiración consiguen paz mental y también control sobre los sentidos. Pero eso sólo por el momento. Aun cuando estas prácticas continúen por muchas vidas, son algo artificial. No pueden lograr nada permanente. Piensan que el control de la lujuria y la ira lo es todo, que han encontrado cierta clase de paz dentro de ustedes y que dominan la lujuria, la ira, la codi­cia, etc. (kāma, krodha, lobha, etc.). Pero es una posición que no pueden retener. Es una posición baja, una paz inferior, y no puede ser mantenida permanentemente. Tendrán que caer. Es temporal (hato muhuḥ, controlada repetidamente). Pero mukunda-sevayā yadvat.... śāmyati: La paz que obtie­nen de la práctica del yoga no puede alcanzar el grado de la paz que encon­trarán en el servicio a Mukunda. Este yoga es un medio artificial de controlar kāma, krodha, etc., eso que perturba la mente y trae reacciones rápidas. Por el control de la respiración, prāṇa-vāyu, alguien puede volverse ‘amo’ de los sentidos, pero es temporal”.

El baño del elefante

En las narraciones de Ajāmila, también se hace mención a la expiación del ‘baño del elefante’:

kvacin nivarttate ‘bhadrāt, kvacic carati tat punaḥ
prāyaścittam atho ‘pārthaṁ, manye kunjara-śaucavat
Śrīmad-Bhāgavatam 6.1.10

A veces una persona se abstiene de pecar, pero después de un tiempo, nuevamente comete la misma clase de pecado. Por lo tanto, considero la expiación (en la línea de karma-kāṇàa o el cálculo de las acciones mundanas) tan inútil como el baño del elefante. (El elefante está habituado a que después de sumergirse en el río de inmediato va a revolcarse en la tierra)”.
He cometido algo pecaminoso y con una práctica opuesta (karma-prāyaści­tta), el pecado es absuelto. Pero nuevamente en el próximo momento come­teré en forma impulsiva el mismo pecado. Por jñāna-prāyaścitta podemos lograr una abstención más duradera de la actividad pecaminosa.

tapasā brahmacaryeṇa, śamena ca damena ca
tyāgena satya-śaucābhyāṁ, yamena niyamena vā
deha-vāg-buddhijaṁ dhīrā, dharmajñāḥ śraddhayānvitāḥ
kṣipanty aghaṁ mahad api, veṇu-gulmam ivānalaḥ
Śrīmad-Bhāgavatam 6.1.13,14

La austeridad o la atención fija, el celibato exclusivo, la subyugación de los sentidos internos y externos, la caridad, la veracidad, la limpieza, la disciplina sensual (yama) encabezada por la no violencia, el control mental (niyama) encabezado por la pronunciación regular o concentración en los mantras y por la intensidad de estas prácticas, los liberacionistas fieles (jñānīs) quienes conocen los misterios de la religión ahuyentan incluso los pecados más atro­ces cometidos con el pensamiento, palabras o acción; como un bosque de bambú es destruido por el fuego”.
El paisaje puede permanecer claro durante todo el año, pero el próximo año, con el venir de la estación lluviosa, muchos arbustos inevitablemente brotarán otra vez. Pero el tipo de pureza que conseguiremos cuando entremos en contacto con el servicio a Vāsudeva, Śrī Kṛṣṇa, es de un factor eterno y la peculiaridad de la naturaleza más pura. No podemos esperar obtener esto por algún otro método que no sea nuestra sumisión y aceptación de servicio a Śrī Kṛṣṇa, la Hermosa Realidad.

kecit kevalayā bhaktyā, vāsudeva-parāyanaḥ
aghaṁ dhunvanti kārtsnyena, nihāram iva bhāskaraḥ
Śrīmad-Bhāgavatam 6.1.15
Por la práctica de la devoción exclusiva, la cual es indiferente a las antes mencionadas prácticas de austeridad, el devoto quien está ciento por ciento absorto en el servicio al Señor Vāsudeva, aniquila de raíz todos los pecados. Así como el sol destruye completamente una montaña de nieve, los devotos exclusivos absortos en el servicio a Vāsudeva son similarmente capaces de desarraigar el pecado por la fuerza de su devoción”.
Semejante paz no podrá ser encontrada en ninguna otra parte. Nuestro propio entendimiento y adaptación con el Centro Supremo nos dará la paz y libertad de todo tipo de ansiedad que no puede ser alcanzada por ningún método artificial el cual está desprovisto del entendimiento del Centro Supremo.

tapasvino dāna-parā yaśasvino
manasvino mantra-vidhaḥ sumaôgalāḥ
kṣemaṁ na vindanti vinā yad-arpaṇaṁ
tasmai subhadra-śravase namo namaḥ
Śrīmad-Bhāgavatam 2.4.17
Ofrezco mis respetuosas reverencias al Señor Supremo, quien es célebre como el Bien Supremo. Sin ofrecer sus acciones al Señor, ni los liberacionistas (jñānīs) quienes realizan austeridades, ni los caritativos trabajadores munda­nos (karmīs), ni los de fama mundial, ni los ejecutores de sacrificios Aśva­medha, ni los sabios o yogīs, ni las personas dedicadas al canto de mantras, ni las personas de comportamiento virtuoso, ninguna de ellas podrá obtener nada auspicioso en la vida”.
En su discurso inicial antes de recitar el Śrīmad-Bhāgavatam, Śrī Śukadeva Gosvāmī les dijo a los sabios: “Yo sé que en esta asamblea hay muchos erudi­tos, yogīs y tapasvīs de diferentes tipos, pero presento mi argumento ante todos ustedes: tapasvino, hay muchos ascetas haciendo penitencias; dāna-parā, hay aquellos quienes son famosos por sus grandes donaciones; yaśa-svino, pueden haber muchos famosos por sus escritos o sacrificios; manasvino, hay muchos grandes pensadores; mantra-vidaḥ, hay aquellos quienes son bien versados en la aplicación de las palabras místicas; y así sucesivamente. Pero ustedes tienen que darse cuenta que ninguno de ellos puede ser exitoso en la vida sin rendirse a Kṛṣṇa. La comprensión de la verdad central más elevada puede darles una vida pacífica y armoniosa y ningún logro parcial puede compararse con semejante adquisición”.

Ateísmo: Un fósil es el padre de Dios

La concentración inducida por las drogas es una concentración artificial. Todas las contribuciones mundanas no pueden ser más que artificiales y de naturaleza baja. En otras palabras, esto es ‘paternidad fósil’. ‘El fósil ha creado a Dios’. De la concepción fósil, la conciencia de Dios ha venido: Se supone que la especie humana evoluciona del fósil y en la sección humana crece la concepción de Dios. Así el fósil es la ‘causa’ que produce la concep­ción de Dios. El fósil es el ‘padre’ de Dios. Pensar que esta intoxicación mun­dana puede dar nacimiento a la felicidad y al éxtasis de la concepción de la dulzura y belleza absolutas, es ateísmo.
Aunque la conciencia es sutil, es más durable que estos fósiles mundanos. No debemos estar temerosos de agonizar o transformarnos; debemos darle la bienvenida a la muerte de nuestro ego. “Morir para vivir”. Si nuestra motiva­ción proviene de la fuente apropiada, sabremos también que los problemas que enfrentamos, no son simple motivo de renunciación. No deberíamos aceptarlos solamente, también deberíamos satisfacer Su propósito. El sacrifi­cio interno es más importante que el sacrificio externo. Así yukta-vairāgya (abnegación en espíritu de devoción) ha sido recomendado como lo más provechoso. La aflicción física no es nuestro objetivo. Nuestro objetivo es satisfacerle y, así, cualquier regla recomendada desde allí será considerada la mejor para nosotros. Tenemos que aceptar rendición total a la gestión supe­rior. Eso es necesario. Si se nos permite considerar nuestro propio caso, aceptaremos yukta-vairāgya, ya que la privación o el sufrimiento no es nues­tro fin. Nuestro fin es satisfacer a Kṛṣṇa. Al fuego encendido por nuestro Guru Mahārāja se le debe permitir arder. No debemos mantener un fuego débil. El ideal dado por Gurudeva se encuentra muy rara vez en este mundo. De miles y millones de oportunidades, en una puede que dicha semilla haya sido sembrada en nuestro corazón.

La conquista del amor es perfecta

manuṣyāṇāṁ sahasreṣu, kaścid yatati siddhaye
yatatām api siddhānāṁ, kaścin māṁ vetti tattvataḥ
Bhagavad-gītā 7.3

De entre muchos miles de almas, algunas alcanzan la forma humana de vida, y de entre muchos miles de seres humanos, puede que algunos se esfuercen para obtener percepción directa del alma individual y la de Supe­ralma; y de entre muchos miles de tales aspirantes que han obtenido la visión del alma y la Superalma, solo unos pocos reciben percepción verdadera de Mí, Śyāmasundara”.

brahmāṇàa bhramite kona, bhāgyavān jīva
guru-kṛṣṇa-prasāde paya, bhakti-latā-bīja
Caitanya-caritāmṛta, Madhya 19.151

De acuerdo con el ciclo de su karma, los seres vivientes están vagando por el universo a través de muchas especies de vida; entre todas esas almas errantes, a alguna que haya desarrollado sukṛtī (mérito espiritual) se le facilita la devoción y por la gracia del Guru y de Kṛṣṇa obtiene la semilla de la enre­dadera de la devoción; esa semilla es buena fe, śraddhā”.
No es una cosa superficial. Debemos saber que esta semilla de la conciencia de Kṛṣṇa es lo más valioso de toda la creación. “Todo, bueno o malo, perte­nece a Kṛṣṇa, y yo soy Su sirviente incondicional”. Este debe ser nuestro pensamiento general y los pormenores se desarrollarán gradualmente. No debemos temer ninguna injusticia. Él es el Bien Absoluto, Su misericordia es absoluta, Su amor es absoluto; Él es el Centro Absoluto. Debemos abrir y ensanchar nuestro corazón, para aceptar tal semilla. El amor es la cosa más amplia. El amor puede hospedar aun a los enemigos. El amor no teme al sacrificio, puede hospedar aun al enemigo y allí él es conquistado. Tal conquista es completa y perfecta. Nuestra conquista no es perfecta, pero la conquista del amor es perfecta. Por lo tanto, debemos estar preparados para pagar el precio de éste, el mayor logro: “Morir para vivir”. ¿Qué puedo dar? Todo le pertenece a Él y yo también le pertenezco. Debo admitir que soy Suyo. Esto es muy necesario. Éste es el conocimiento central y no es irrazo­nable. No estoy fuera del control central y toda Su potencia controladora no es poder sino amor. Ésta es la propuesta más liberal, buenas noticias y fortuna.
La sospecha y la vacilación son los peores enemigos. Podemos estar cerca de la verdad, pero debido a nuestro previo karma, nuestra desconfianza nos engaña. En el Śrī Gītā se menciona samśayātmā-vināśyati, las sospechas están condenadas. El tiempo es valioso, pero está siendo desperdiciado por la indecisión. Si un general es enviado a la batalla y abriga una mentalidad de recelo en su misión, ¿qué podrá conseguir? Nada. Él pondrá a todos sus soldados en las fauces del enemigo. Pero debería tener un plan definido y ocuparse con la intensidad apropiada, para pelear con māyā, y māyā está dispuesta. El enemigo está dispuesto. Uno debe sentir su deficiencia personal y pelear para el Centro. Las provisiones y la fortaleza deben ser obtenidas de lo alto, de un departamento muy especial sādhu-saôga. Sādhu y Śāstra. Con la ayuda de los santos y las Escrituras debemos someter al enemigo dentro de nosotros y dentro de nuestra casa. La peor parte del problema es que el enemigo no está afuera, sino adentro. Y debemos conseguir ayuda de afuera de los amigos más íntimos de Kṛṣṇa. Ellos son nuestros verdaderos amigos. Somos atormentados por nuestros enemigos la lujuria, la ira, la codicia, etc. (kāma, krodha, lobha, etc.) y la duda o sospecha también es nuestro enemigo. Además hay locura, ilusión y odio (mada, moha, mātsarya). La duda viene de la ignorancia o moha.

pariniṣṭhito ‘pi nairguṇya, uttama-śloka-līlayā
gṛhīta-cetā rājarṣe, ākhyānaṁ yad adhītavān
Śrīmad-Bhāgavatam 2.1.9
Śukadeva deslumbra a la audiencia

Śrī Śukadeva Gosvāmī explicó a Mahārāja Parīkṣit y a la asamblea de sabios: “Este mundo ilusorio está lleno de variedad y movimiento y encima está el brahman, el plano no diferenciado del Absoluto. Pero en el otro lado hay un mundo diferente y específico, el mundo adhokṣaja (más allá de la percepción sensual). Este brahman no es la existencia última, pero cruzando el brahman, en el otro lado, hay un mundo adhokṣaja. Allí, encontramos Kṛṣṇa-līlā, el cual no es una cosa de este mundo terrenal. Todos ustedes saben que nada de este mundo me atrae. Pero mi mente fue atraída por el encanto de ese līlā elevado. Hoy les hablaré todo acerca de ese līlā (pasatiempos divinos)”.
El rey y los sabios le prestaron total atención. “¿Qué está diciendo? Este joven, de aproximadamente dieciséis años de edad, ni siquiera se ha preocu­pado por vestirse. Anda desnudo. Él no siente excitación y constantemente está ocupado en la concepción de Brahman. ¡Y dice que hay otro mundo al otro lado de este brahman! Y que el Kṛṣṇa-līlā es la riqueza de ese lado”. Ellos no pudieron hacer otra cosa que escucharlo atentamente. “¿Qué está diciendo? ¿Cómo lo sabe? Y ¿cuál es la naturaleza de ese līlā del cual está hablando?” Ellos se volvieron más y más atentos para escuchar.




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